EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 9 de agosto de 2021

POCO AMBIENTE


La precariedad económica versión Miranda

 

La perpetua precariedad económica

La primera noticia de la temporada 46-47, a comienzos de julio, es que, una vez más, se habla de una posible desaparición del club rojiblanco si no se da solución al grave problema económico por el que atraviesa. El Granada necesita aproximadamente 300.000 pesetas antes del uno de septiembre para abonar a sus empleados y futbolistas todo lo que se les debe y para poder hacer fichajes y renovaciones, y en caja (para variar) no hay un duro, agravado porque en los meses de verano (junio, julio, agosto y parte de septiembre), dice la nota de la directiva de Manuel López Font, los ingresos por socios, los únicos de que dispone el club puesto que en esos meses no se hacen taquillas, no llegan ni a las 2.000 pesetas mientras que sólo de nómina de futbolistas hay que desembolsar 20.000 mensuales. Efectivamente, como cada temporada al llegar mayo, casi la mitad de los 2.200 socios con que contó el club entre diciembre y abril han dejado de abonar sus cuotas mensuales, y en pleno verano apenas son 500 los que siguen religiosamente pasando por secretaría y aportando dinero al club.

En estos años la información deportiva ocupaba muchísimo menos espacio que en la actualidad y al Granada los diarios locales apenas le reservaban unas pocas líneas, siendo bastantes los días en que ni si quiera se daba noticia alguna sobre la vida del club. Y menos aún en verano. Por esa razón nos faltan datos (la prensa de la época no aclara nada) para saber cómo se solucionó la papeleta o si es que ésta no era tan dramática como la pintaban, pero el caso fue que a pesar del negro panorama que pintaba la directiva rojiblanca, pronto empezaron los fichajes, imaginamos que con dinero salido de los bolsillos de los directivos de turno, que era lo habitual, y el club continuó adelante con su renqueante caminar y acrecentando cada vez más su déficit.


Fichajes 46-47: Escobar, Morales, Mendoza, Sánchez, Mendi y Parra


Fichajes. Un lote del Español

            En la plantilla, que estará entrenada por Antonio Conde, contratado desde junio pasado, han causado baja Aparicio, Zubizarreta, Portilla, García y Safont. Además, cosa curiosa, Sosa, después de llevar muchos años en el club, siempre como titular, estaba en esta pretemporada en situación de transferible, aunque finalmente se quedó.

Han terminado su contrato: Floro, que renovará a los pocos días, y Marín, que tras dudas y negociaciones por las dos partes, no seguirá en el club. Luis Marín, sin duda uno de los mejores fichajes del Granada en sus años de primera a pesar de su edad, tras cinco temporadas a muy buen nivel se despidió de la afición con una carta que los diarios publicaron y en la que decía que, es tan grande su cariño por este club, que estaba dispuesto a renovar sólo por el sueldo. A sus 40 cumplidos, todavía le quedaba un año de buen fútbol y fichó como entrenador-jugador por el Antequerano, de tercera.

En cuanto al fichaje de la temporada anterior, el medio centro Palacios, fue cedido al Egabrense, de tercera, pero pronto se lesionó y volvió al equipo y al poco tiempo fue dado de baja volviéndose al Baracaldo del que fue fichado. El resto de la corta plantilla tenía contrato en vigor.

Como fichajes para esta campaña, en el mes de julio sólo hay dos: Lesmes y Escobar, ya cerrados antes de concluir la 45-46. De los dos, en realidad sólo vino el segundo porque Lesmes no pudo incorporarse en toda la temporada por estar cumpliendo el servicio militar, y su contrato por dos años quedó en suspenso hasta la siguiente.

            A mediados de mes y como resultado de las gestiones llevadas a cabo personalmente por el secretario técnico, Paco Cristiá, de viaje en Barcelona, el club cerró la permuta con el Español del guardameta Martí a cambio de un lote: los españolistas Morales, delantero centro, Mendoza, interior izquierdo, y Sánchez Vigo, interior derecho, éste último en calidad de cedido por una temporada. Aparte, también fichó, del Tarragona, el extremo derecho Sánchez. Como históricamente sucedió con otros “lotes” fichados por el Granada, sólo uno de sus integrantes, el ariete Morales, fue una buena incorporación; a partir de esta temporada y por tres más será el delantero centro titular del Granada, consiguiendo en sus cuatro años rojiblancos un total de 68 goles que lo convierten en el tercero en la lista de máximos anotadores históricos del equipo, sólo superado por el granadino Rafa y por Trompi. Otro de los del lote, el tal Mendoza llegará a ser alineado más o menos la mitad de partidos oficiales y a la temporada siguiente causará baja; y los dos Sánchez jugarán sólo unos pocos partidos en ésta, su única temporada granadinista.

En cuanto al portero Martí, que pasó al Español, había quedado muy señalado para la afición desde el partido de la anterior temporada frente al Coruña, faltando muy poco para terminar la liga, cuando un estrepitoso fallo suyo propició una derrota que iba a resultar decisiva para que se esfumaran las posibilidades de ascenso, de ahí que se le buscara una salida. En su lugar se recuperó a Casafont, que volvía tras su cesión al Ceuta.

            Ya en agosto se producen dos nuevas incorporaciones: Mendi, extremo, y Parra, medio derecho, que se convierten en rojiblancos al ser cedidos por el Sevilla por un año. Ambos futbolistas, ya veteranos, serán titulares toda la temporada.


Antonio Conde, nuevo míster para la 46-47, y Casafont, que volvía tras su cesión al Ceuta


Cortísima pretemporada

            El 20 de agosto comenzaron los entrenamientos de cara a la 46-47. Al primer entreno acudieron sólo diez jugadores del total de 18 que a estas alturas integraban la plantilla, pero a los pocos días ya estaban todos. El primer amistoso de pretemporada llevó a los rojiblancos a Murcia el 1 de septiembre, donde se incorporó el delantero Morales, natural y vecino de Cieza, que fue el autor del único tanto rojiblanco en un partido que perdió el Granada 3-1. A pesar de llevar apenas una semana de entrenamientos y ser más de medio equipo nuevo, la crónica de la Hoja del Lunes de Murcia dice que el Granada se mostró más conjuntado y que dominó y fue mejor la primera mitad. Quienes más destacaron, como casi siempre, fueron Millán, González y Trompi. Una semana después hubo devolución de visita y en el primer y único amistoso de pretemporada en Los Cármenes vencieron los nuestros 2-1 al Murcia, que militaba en primera, con arbitraje del ex recreativista Eloy Díaz. Quien más gustó de los nuevos en la presentación del equipo rojiblanco ante su afición fue el medio Parra.

            En medio de los dos partidos frente al Murcia y entre semana se desplazó el Granada a Cabra, donde cayó derrotado por el Egabrense (de tercera) por 4-3. La anécdota fue que la mayor parte del partido hubo de jugarla con González (que había acudido al partido como espectador) ocupando la portería al quedar fuera de combate Floro y no haber sustituto. Ya no hubo más partidos de pretemporada.

 

Pifia casera ante el Córdoba en la primera jornada 46-47

            El 22 de septiembre echó a rodar el balón de forma oficial en esta 46-47. La primera jornada trajo a Los Cármenes al Córdoba, entrenado por el ex granadinista Antonio Bonet y con el futuro rojiblanco Martín ocupando la portería. Con el recuerdo de la última jornada de la liga anterior en la que el Córdoba con su victoria en el campo del Betis dejó al Granada fuera de toda opción, los forasteros fueron recibidos con una gran pita.

El campo de la carretera de Jaén casi se llenó, pero el partido resultó muy malo por parte de ambos contendientes y el Granada salió derrotado con un único gol de los cordobeses en un fallo incompresible del meta Casafont, quien pecó de pasividad en un balón fácil y en casi la única ocasión de que dispusieron los visitantes.


El Granada que debutó en la 46-47 con derrota en Los Cármenes frente al Córdoba. De pie: Galvany, Parra, Rey, Casafont, Millán y Mas; agachados: Mendoza, Morales, González, Trompi, Manolo Ibáñez (masajista) y Mendi


Derrota en Ferrol y farolillo rojo

            Mal había empezado la temporada rojiblanca y peor se puso después de la disputa de la segunda jornada al caer derrotado nuestro equipo 3-0 en Ferrol y pasar a ocupar la última plaza de esta segunda división de sólo un grupo de 14 integrantes. Encima las crónicas que de Galicia llegaron, puesto que ningún periodista granadino acompañó al equipo, contaban que el resultado adverso pudo perfectamente ser más amplio y que el Granada dio una pobrísima imagen. Para colmo, el extremo Sánchez, que debutaba, se lesionó y quedó como figura decorativa toda la segunda parte. Se notó mucho la ausencia de Millán en el único partido que se perdió en toda la liga.

            Al regreso de los expedicionarios, el miércoles siguiente al partido, cuatro jugadores: Casafont, Mendoza, Trompi y Mas, fueron sancionados económicamente por la directiva de López Font por falta de entusiasmo y rendimiento, según el informe presentado por el míster Antonio Conde.

 

A los del Baracaldo les sienta mal su derrota en Granada

            La tercera jornada tocaba jugar de nuevo en Los Cármenes, ahora frente al recién ascendido Baracaldo. Los malos resultados de los dos partidos anteriores y la situación del equipo, farolillo rojo, además de no haber conseguido todavía ni un solo gol, motivaron varios cambios en el equipo titular, pasando a la suplencia los sancionados por la directiva Casafont (éste por enfermedad) y Mendoza, aunque la pérdida de la titularidad no afectó a los veteranos, también sancionados, Trompi y Mas. Entraron en el once titular Floro y Millán, volviendo Rey a la media, más Mendi y el debut esta temporada de Sierra. El día antes del partido publicó Ideal que el medio Parra había sido visto la tarde del sábado bastante bebido, por lo que iba a ser fuertemente sancionado y además perdería la titularidad, sin embargo Parra fue alineado frente al Baracaldo por una indisposición a última hora de Sosa.

            Aun sin jugar bien, el Granada obtuvo su primera victoria de la temporada (3-1) frente a un Baracaldo que causó buena impresión y que al descanso mandaba en el marcador. La figura del equipo vizcaíno era ni más ni menos que Guillermo Gorostiza, ya con 37 cumplidos, que apuraba sus últimos momentos balompédicos después de una larga carrera en el Bilbao, el Valencia y la Selección, y del que se puede decir que dio un buen rendimiento en ésta, su última temporada en activo, en la que fue el máximo goleador de su equipo con 14 tantos. Pero no pudo Gorostiza lucir en Granada y además resultó expulsado por insultar al árbitro, aunque previamente había agredido y lesionado con una patada al delantero granadinista Morales, que tuvo que abandonar el terreno y se perdió los dos siguientes partidos.

Según la crónica de La Prensa (la Hoja del Lunes de aquellos años), ni una sola de las líneas rojiblancas funcionó, aunque bastaron quince buenos minutos de la segunda parte para conseguir los tres goles. Con los dos puntos el Granada subió cinco puestos en la clasificación.

            Más de una semana después de este partido se conocieron en Granada unas declaraciones a la prensa vasca del delegado de la expedición baracaldesa en las que dijo que los rojiblancos dieron excesiva leña y lesionaron a cuatro de los suyos, significándose en estos menesteres González y ¡¡¡Trompi!!! Y añadía el directivo vasco que nunca había oído insultos más soeces que los que desde las gradas de Los Cármenes dedicó la torcida a sus pupilos y al de negro, que habría actuado cohibido por la afición.

            Que se señalara como leñero al pequeño (apenas sesenta kilos) Trompi, que nunca se caracterizó por su juego recio sino por todo lo contrario, por ser un artista del balón, fue lo que más sorprendió a la vera de la Alhambra. Justamente si algún defecto tenía el gran Trompi, uno de los mejores futbolistas de toda la historia del Granada, era precisamente su medrosidad: «Tendría que comer muchas espinacas, como Popeye, para resistir tan sólo un empujón de cualquier jugador bilbaíno.», comenta Fernández de Burgos. Con esa premisa, poca credibilidad se le podía dar a las declaraciones del delegado del Baracaldo y más bien parecería una rabieta por la derrota. Así, en Ideal en un artículo sin firma, se critica esas declaraciones señalando este extremo y también poniendo los puntos sobre las íes en que el único futbolista que tuvo que retirarse lesionado -y de baja sigue- lo fue precisamente del Granada (Morales) y, abundando más en estos extremos, tendrían que haber visto el hombro del granadinista Mendi, señalado con los tacos del bilbaíno Urcelay. Así mismo, se señala en el artículo que el árbitro Moreno Almagro si a alguien perjudicó fue al Granada, transformando en sendos libres indirectos lo que eran dos claros penaltis.


Recorte de Ideal sobre el Granada-Baracaldo


En Tarragona nada y un punto en Santander

            La cuarta jornada trajo una nueva derrota, otra vez por 3-0, los tres goles en la primera mitad, pero en esta ocasión al menos se tuvo la disculpa de que fue ante el líder indiscutible de la categoría, que de esta manera contaba sus partidos hasta ese momento por victorias, el embalado Gimnástico de Tarragona, que ascendería a primera al finalizar la 46-47 ocupando el segundo puesto, por detrás del Alcoyano. Los catalanes fueron muy superiores al Granada, según todas las crónicas. En Tarragona debutó el centro delantero Escobar ante la ausencia de Morales. Floro recibió un golpe y actuó mermado toda la segunda parte, pero una vez más fue la cobertura la mejor línea rojiblanca. Con la derrota pasó el Granada a ocupar el 12º puesto o tercero por la cola.

            La quinta jornada obligaba a viajar otra vez al norte de la Península, a Santander, razón por la cual la expedición rojiblanca, en lugar de regresar a Granada, se trasladó desde Tarragona a Bilbao y allí se quedó hasta la víspera.

En El Sardinero el Granada consiguió un punto de un empate a dos goles (ambos de Trompi, destacado junto al habitual trío defensivo), pero pese a aliviar la cuenta negativa no fue un resultado que dejara satisfecho a nadie dado que los nuestros fueron ganando por dos goles gran parte del encuentro para ver como los locales empataban en sólo un minuto, y además los cuatro partidos anteriores los había perdido el Santander, que era en esos momentos el farolillo rojo (acabó descendiendo a tercera). Tampoco el empate mejoró algo la situación de los rojiblancos en la tabla, terceros por la cola. Vueltos los expedicionarios, el secretario Paco Cristiá y el entrenador Antonio Conde coincidieron en manifestar ante la prensa local que el Granada jugó muy mal en Tarragona, pero que en Santander lo hizo bastante bien.


Una escena del partido Tarragona-Granada


Dos puntos frente al Zaragoza. El negativo se quedó en El Collao

            La segunda victoria de la 46-47 llegó en la sexta jornada, en Los Cármenes frente al Zaragoza por 2-1, y sirvió para ganar algunos puestos en la clasificación y alejar los de descenso. Para los cronistas locales el Granada mejoró pasadas actuaciones, pero el resultado debió ser mucho más amplio si no fuera porque los atacantes rojiblancos fallaron lo que no se puede fallar; hasta cinco ocasiones clarísimas marraron los delanteros, objeto de todas las críticas, en especial el 9 Morales. Por lo demás el dominio del Granada fue amplio y la victoria merecida. El equipo maño, que traía como delantero centro al ex granadinista Martínez, autor del gol de su equipo, venía con un equipo de circunstancias y resultó algo flojo.

            A la siguiente jornada, la séptima, tocaba viajar a Alcoy. Días antes la directiva hizo pública una nota en la que exponía que para los desplazamientos se había contratado los servicios de un autocar que empezaría a funcionar con ocasión del viaje a Alcoy, y que los socios interesados en acompañar al equipo podían hacerlo reservando plaza en la secretaría del club hasta el viernes anterior a la nueve de la noche. Así, por primera vez esta temporada un periodista granadino acompañó al equipo fuera de nuestra tierra, Fernández de Burgos, de Ideal, quien firma las crónicas de La Prensa (ésta con el seudónimo Max) y de Ideal.

            En el Collao de Alcoy dejó el Granada el negativo que arrastraba al conseguir un más que meritorio empate a un gol. El Alcoyano marchaba en esos momentos en el sexto puesto de la tabla, pero era un claro aspirante a subir de categoría, cosa que acabaría consiguiendo como campeón de segunda.

No hubo buen juego por parte de ambos contendientes, sólo emoción y entrega generosa por ambos cuadros, y el Granada supo plantear una defensa sin fisuras que le proporcionó un punto de oro en un ambiente hinchístico excesivamente hostil. Según el cronista granadino, bien pudo el Granada haberse traído los dos puntos ya que el árbitro anuló un gol de Mas por un dudoso fuera de juego y además Sánchez Vigo estrelló un tiro en el palo a portero batido. Sosa resultó expulsado (y sancionado con dos encuentros) en unión de un alcoyanense por pegarse mutuamente, y cuando se retiraba a los vestuarios sufrió la agresión de unos cuatro o cinco energúmenos surgidos de entre el público.

            En este partido hubo un doble debut: Sánchez Vigo y Díaz Cara, interiores de ambos lados cuya actuación no pasó de discreta. El granadino Díaz Cara, después de ser probado, fue promocionado por Antonio Conde desde el equipo que esta temporada se puede considerar filial del Granada, el de Educación y Descanso, de Regional, que jugaba sus partidos en Los Cármenes y lo integraban buena parte de los futbolistas que en la anterior temporada formaban en el Atlético Aviación de Armilla y a la siguiente lo harían en el recién fundado Recreativo de Granada.


Otra jugada del partido Tarragona-Granada: González corta un avance


Victoria ante la Real y acceso a la zona tranquila

            Para el siguiente compromiso liguero, frente a la Real Sociedad de Benito Díaz en Los Cármenes, que se entendió de trascendental importancia, la directiva dispuso que catorce jugadores y el entrenador Conde quedaran concentrados en el albergue de Educación y Descanso de Sierra Nevada, adonde marcharon todos desde el miércoles 6 de noviembre hasta la hora de jugarse el encuentro el domingo siguiente. La paz serrana la acompañaron de sesiones de gimnasia y breves excursiones. Y es que el equipo donostiarra asustaba por ser el cuadro más goleador de la categoría y hasta ese momento el único que había sido capaz de derrotar al líder Tarragona.

            Y parece ser que el invento de la concentración serrana dio resultado porque el Granada venció a los donostiarras 2-1, los dos goles del discutido ariete Morales, accediendo por primera vez esta temporada a la zona media y templada de la clasificación, sin positivos ni negativos. Pero la victoria costó sudor y lágrimas y hubo que darle la vuelta a un resultado que al descanso era favorable a los visitantes. Según las crónicas locales, el juego de los rojiblancos en éste y en anteriores choques es desconcertante y a nadie convence, pero al menos no se les puede reprochar falta de pundonor, y con esas armas pudo derrotar a los blanquiazules (que ascenderían a primera esta temporada como promocionistas), que fueron mejores a lo largo de los noventa minutos.


Fallo garrafal de Floro que supone el primer gol bético


No hubo invitación torera al perder en Heliópolis

            Sin positivos ni negativos marchaba el Granada después de jugarse la jornada ocho y así continuó tras la disputa de la nueve, pero volvió la incertidumbre y el mal ambiente futbolero porque el equipo cayó derrotado 2-0 en el campo del Betis y se acercó a los puestos de descenso. El titular de la crónica del partido escrita por Fernández de Burgos para La Prensa con el seudónimo Max, quien viajó a Sevilla en el mismo autobús que los futbolistas, es bien ilustrativo: «El Granada fracasó ruidosamente en Sevilla». Sólo salva el plumilla a González, y del equipo rojiblanco dice que no tiene fútbol y que, lo que es peor, sus jugadores no se esforzaron, a lo que hay que unir los fallos del portero Floro, a quien le hicieron dos goles de verbena, y todo agravado porque los locales jugaron más de una hora en inferioridad al lesionarse fortuitamente su delantero centro Botella en un choque con Floro.

            Rafael Fernández de Burgos, pluriempleado de la noticia, también retransmitió para Radio Granada el partido en directo y escribió la crónica para Ideal. En ella dice que la lesión del delantero bético perjudicó más al Granada que a los verdiblancos porque los nuestros quedaron impresionados de la grave lesión y a partir de ese momento jugaron cohibidos, mientras que la desgracia del compañero espoleó a los locales.

La anécdota del desplazamiento también la cuenta Fernández de Burgos en Ideal, y es que resulta que el torero Carlos Arruza, primera figura por entonces, se hospedaba en el mismo hotel que los rojiblancos y todos se encontraron la víspera del partido en el hall, ofreciendo el diestro mejicano a los rojiblancos una fiesta organizada y costeada por él mismo si eran capaces de derrotar al Betis. Como el propio Fernández de Burgos escribe, la actuación del Granada mereció más un castigo que un premio y sin la invitación del matador se quedaron los rojiblancos. Para colmo, en el camino de vuelta desde Sevilla se averió el autobús que traía a la muchachada rojiblanca y tuvieron que estar todos, incluido el propio F. de Burgos, más de siete horas en una cuneta esperando a ser recogidos por otro autobús que había salido de Granada.

            Botella, delantero centro goleador (llevaba 8 anotados), quien cuatro años después militará en el Granada, en un choque con Floro sufrió fractura abierta de su tibia derecha, una grave lesión por la que tuvo que ser hospitalizado y ya no pudo volver a jugar esta temporada.

Los sevillanos andaban en la mitad de la tabla, pero a partir de este partido cayeron en picado y al finalizar la temporada acabaron como farolillo rojo y descendieron a tercera iniciando así la peor época de su historia ya que hasta 1954 no volvieron a Segunda División.

            Unos días antes había muerto en Argentina el gran Manuel de Falla y las autoridades iniciaban una campaña reivindicativa para que el genial músico fuera enterrado en nuestra tierra, a la que voluntariamente convirtió en la suya.


Botella, lesionado de gravedad, es retirado con la ayuda del granadinista González

 


CALLEJEANDO

 

 

Relevo en la Capitanía General de la IX Región Militar

            Noticias no ya deportivas sino de las otras, como suele ocurrir cada verano, hay poquísimas. La ciudad dormita en el calor africano de la canícula, sólo los botijos (pipos en granaíno) y los abanicos sirven para refrescar algo porque nada más que los pudientes se pueden permitir buscar el fresco de otras latitudes y, por supuesto, hasta un ventilador es algo así como un lujo asiático para la mayoría de paisanos.

            Muy pocas cosas ocurren en Granada, pero una de ellas es que hay relevo en la figura del Capitán General de la IX Región Militar. Vicente Lafuente Baleztena, el primero en ocupar el cargo desde su creación en 1944, ha ascendido en agosto a teniente general y se marcha trasladado a otra capitanía de mayor rango, la de Valladolid, la VII Región, porque la de Granada está en un escalón inferior al resto y su máximo mando puede ostentarlo un divisionario, pero no un general de tres estrellas.

El general Lafuente Baleztena merece unas líneas en Wikipedia por haber encabezado el pronunciamiento contra la República en León en 1936, siendo coronel de infantería, y ser por ese motivo el principal responsable del fusilamiento del capitán Juan Rodríguez Lozano, uno de los pocos militares que en esa plaza permanecieron fieles a la República, que no es otro que el abuelo del ex presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

A últimos de agosto recibió Lafuente un homenaje de las primeras autoridades locales y fue obsequiado con un fajín y un bastón de mando en estuche de artesanía granadina. Su sustituto será el general de división Saturnino González-Badía Rubio, como el saliente, veterano militar africanista.

 

Muere el arzobispo Parrado

El mismo día en que el Granada era derrotado en Los Cármenes frente al Córdoba en la primera jornada de la liga 46-47, 22 de septiembre de 1946, el arzobispo de la archidiócesis, cardenal Parrado, recibía la extremaunción. A pesar de su gravedad todavía vivió dos semanas y al domingo siguiente la procesión de la Virgen de las Angustias a su regreso dio una vuelta completa a la plaza Bib-Rambla para que desde su lecho pudiera contemplarla el prelado por última vez. Finalmente murió el 8 de octubre y fue enterrado en la iglesia de la virgen de Gracia. Ideal sacó hasta tres ediciones dando la noticia al día siguiente de su muerte y todo el papel se agotó. Agustín Parrado García llevaba ocupando la sede metropolitana desde 1934 y hacía sólo unos pocos meses que había ascendido al cardenalato. Su sucesor se conoció a finales de noviembre: Balbino Santos Olivera, pero hasta marzo de 1947 no tomará posesión.


Niños mendigos


Mendigos

            En Granada en todo el año 1946 hay desatada una campaña de represión de la mendicidad, informa Ideal, que dice que en agosto han sido retirados de la calle un total de 311 mendigos en menos de tres semanas. Dice también la nota que de todos ellos sólo unos pocos eran realmente necesitados, y que la mayoría no son otra cosa que delincuentes que hacen de la práctica del pordioseo un medio de vivir sin trabajar. Casi la mitad de los retirados de la circulación han sido puestos a disposición del juez especial de Vagos y Maleantes. Y continúa informando el diario que más de la mitad de los 311 no son de Granada y que hay hasta 40 niños que no saben cómo se llaman; en muchos casos las personas que han ido a reclamarlos ante la autoridad no saben sus nombres ni los reconocen porque es práctica habitual el alquiler de niños para explotar su mendicidad. Además, se da el caso tristísimo (se lee en el reportaje) de que la mayoría de los menores apartados de las calles no saben ni una palabra del catecismo ni tampoco si han sido o no bautizados; algunos ¡no saben ni santiguarse!

            Es éste, el de la represión de la mendicidad, un caballo de batalla que ocupó no pocos esfuerzos a los gobernantes municipales y provinciales de la época para su freno, que no para acabar con la causa, que ésa sí que era ya otra cuestión. Numerosas medidas anti mendicidad fueron cíclicamente adoptadas por alcaldes y gobernadores civiles, llegando formalmente a prohibirla mediante circulares firmadas por la máxima autoridad provincial. Además de la retirada inmediata de la vía pública del mendicante, se imponían sanciones económicas tanto a quien la practicase como a quien la favoreciese o se beneficiara de esa actividad, o el arresto sustitutorio si no podían abonarla. La prohibición se extendía también a quien socorriera a los pordioseros (o sea, por dejar una moneda en una mano extendida podía uno sufrir una multa o un arresto) y también a las porteras y porteros de los inmuebles que franquearan el paso a una finca para pedir de puerta en puerta. El lugar habitual donde se llevaba a los retirados de la vía pública era al hospicio, el Hospital Real, que por aquellos años también servía de manicomio, y después de ser desinfectados y desparasitados, se les devolvía a su lugar de origen si éste no era Granada capital.

            En Ideal, en otro reportaje sobre los pedigüeños granadinos y su retirada de la circulación, congratulándose por lo despejadas que han quedado nuestras calles, podemos leer que los gitanos son los más difíciles de controlar, pero que al ser perseguidos han comprendido que deben de volver a sus ocupaciones tradicionales: hacer canastas, mosqueros, abanicos, esquilar caballerías. Una de las cosas que más han contribuido a meter en cintura a la gitanería ha sido el lavarlos y pelarlos, añade sin rubor.

            Esas drásticas medidas de las autoridades para reprimir la mendicidad encontraban su cobertura legal en la Ley de Vagos y Maleantes, la Gandula por otro nombre, elaborada y aprobada en tiempos de la República, 1933, y que el franquismo no sólo no la derogó, sino que la modificó ampliando los supuestos perseguibles. Era un verdadero cajón de sastre en el que cabían, vagos (por ejemplo, un parado), mendigos, rufianes, proxenetas, gariteros, vagabundos, borrachos, drogadictos y hasta los que, sin serlo, fueran amigos de delincuentes o frecuentaran a maleantes. El franquismo añadió en los cincuenta a los homosexuales y para éstos dispuso que serían recluidos en instituciones especiales y, «en todo caso, con absoluta separación de los demás» internos.

La aplicación de esta ley podía suponer el internamiento en campos de trabajo, o bien el destierro o la obligación de residir en un determinado lugar. Se suponía que había sido promulgada para prevenir la comisión de delitos pero su desarrollo reglamentario se convirtió en la práctica en un medio arbitrario de represión de personas sin recursos ya que muchos de los incluidos en alguno de los supuestos de peligrosidad social (proxenetas, dueños de casas de juego, tahúres, y todos aquellos a los que su actividad ilegal reportaba buenos dividendos) eludían su aplicación abonando una fianza, y al no castigar delitos concretos ni establecer penas específicas sino medidas de seguridad en función de la peligrosidad de las personas, aquellos a quienes se aplicaban, en algunos casos venían obligados a sufrirlas indefinidamente, mientras no dejaran de ser peligrosos sociales, mientras no se reformaran.

La ley de vagos era una verdadera aberración jurídica incluso hasta para el franquismo. Estuvo vigente hasta 1970, siendo sustituida por la Ley de Peligrosidad Social, en la actualidad completamente derogada.

Es la otra cara de una España pretendidamente feliz, según la controlada prensa. Una legión de desarrapados pedigüeños invadía a diario las principales calles granadinas, y más conforme en años sucesivos vaya paulatinamente aumentando el contingente de turistas de visita, y no parece que multas, arrestos e incluso destierros sirvieran para sustraer de la mirada de los forasteros la mala imagen de la ciudad, como se pretendía.



Funicular serrano

            El Consejo de Ministros en sesión de 12 de julio de 1946 dio el visto bueno a las bases para la salida a concurso de las obras del funicular, aprobado en su día, que desde el barranco de San Juan habría de ascender hasta la zona de los albergues de Sierra Nevada.

            Ideal de 14 de julio, en primera página publica un esquema de cómo habrá de quedar. Comenzará su ascensión desde la confluencia de los ríos San Juan y Genil, a 1.160 metros de altitud. Constará de dos transbordadores con capacidad para cuarenta personas, uno ascendente y otro descendente, y se prevé que el trayecto dure unos quince minutos hasta el albergue de la Sociedad Sierra Nevada o de San Francisco, estación términi, en la zona conocida como Llanos de Otero, cercana a los albergues de los Peñones de San Francisco y la Hoya de la Mora, a 2.220 metros, donde ya es habitual la nieve esquiable.

En el momento en que se da a conocer esta buena noticia se están llevando a cabo las obras de prolongación del tranvía de la Sierra desde el Maitena hasta el barranco de San Juan, iniciadas hace poco más de un año, con una longitud de tres kilómetros y medio, obras que van bastante avanzadas y en la que ha sido necesario perforar seis túneles (faltan dos más) y construir dos puentes sobre el Genil y uno sobre el Maitena. También se llevan a cabo en esos momentos, por iniciativa y con la aportación del gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, señor Fontana (hace ya algún tiempo que la prensa dejó de usar el término “camarada”), sigue informando Ideal, las obras de construcción del nuevo albergue de la Sociedad Sierra Nevada, que se levantará junto al antiguo. Desde allí también se prevé un remonte para los esquiadores y se habla de un telesquí cuyo modelo aún no ha sido definido. Con estas importantísimas mejoras, desde Granada hasta la nieve podrá una persona desplazarse cómodamente en hora y media y por un precio de 30 pesetas ida y vuelta, lo que colocará sin duda alguna a nuestra sierra en el primer lugar de los centros de esquí existentes en España.


Esquema del recorrido del funicular de Sierra Nevada publicado en la prensa granadina

Fontana es el principal artífice tanto de la prolongación del ferrocarril (que no se detendrá en la confluencia del río San Juan y está previsto que llegue hasta las minas de La Estrella) como de la construcción del teleférico. Entrevistado para la prensa local, manifiesta que el funicular será el segundo de España y el primero en importancia, así como uno de los más largos y de más bello recorrido de Europa. Y antes de despedir su encuentro con los medios les comenta que el Gobierno Civil (es decir, él mismo) ha ofrecido a la Dirección General de Ferrocarriles adelantar los fondos precisos para el estudio y confección del proyecto de ferrocarril Granada-Motril.

Dos años después, a primeros de octubre de 1948, Ideal publica en primera página que el proyecto de teleférico de Sierra Nevada estará terminado antes de dos meses. El ingeniero de Obras Públicas y director del ferrocarril de Sierra Nevada, José Pérez Pozuelo, acaba de regresar de un viaje de estudio por los Alpes italianos, suizos y franceses para recabar información y datos técnicos acerca de los más modernos teleféricos de esas zonas.

El transbordador granadino, ligeramente modificado respecto del primer proyecto que se dio a conocer en 1946, partirá de la confluencia del Genil con el arroyo de San Juan, que es la estación final del tranvía de la Sierra, cuyas obras de prolongación están a punto de terminarse. Tendrá dos tramos, el primero de 2.800 metros, llegará hasta el albergue de la Sociedad Sierra Nevada en los Llanos de Otero, donde se está construyendo un nuevo refugio vecino del antiguo, y salvará un desnivel de poco más de mil metros. El segundo tramo, que no estaba previsto en el primer proyecto, partirá de ese punto y se elevará otros 327 metros con una distancia de 1.500, y llegará hasta el albergue Universitario en la Hoya de la Mora, a 2.523 metros de altitud. Se compondrá de dos cabinas, una que sube y otra que baja, con capacidad cada una para 35 personas, que se deslizarán suspendidas de un cable en un viaje que se calcula que dure unos quince minutos. Todo saldrá por 10 millones de pesetas y se prevé que las obras duren un máximo de dos años.

Previsiones demasiado optimistas pues, como sabemos, la prolongación del ferrocarril eléctrico hasta el barranco de San Juan sí que se hizo (se terminó en 1951), pero el funicular serrano, como el tren a la costa, todavía seguimos esperándolo y a día de hoy no parece que esté en ninguna agenda oficial, ni siquiera como proyecto diferido a largo plazo, ni siquiera dentro de la mentirosa lista de los reyes magos de cualquier politicastro de medio pelo en plena campaña electoral.

Parecía que la cosa iba para adelante, pero ni por esas. Esperando seguimos.

Desde luego, el gobernador civil Fontana (quien para 1948 había sido apartado de la política activa), el principal impulsor del funicular y del ferrocarril a Motril, de acendradas ideas jonsistas, no accedió a la política ni permaneció en ella por vías democráticas. No hace falta decirlo. Por esa razón, se pisa terreno resbaladizo cuando de evocar su figura se trata. Pero a pesar de su bagaje ideológico, de un azul mahón intenso y sólo compartido por el que suscribe en lo referente a su contenido social, no puede uno evitar sentir admiración por este falangista que en sus apenas tres años y medio al frente de la política provincial consiguió para Granada más cosas que –diría yo- la larga lista de políticos y politiquillos que le precedieron y sucedieron, incluidos los que salieron de las urnas. Para servidor que la única causa de que el funicular serrano y el mismo ferrocarril a la costa sigan a día de hoy siendo una entelequia que llegará a esta tierra -si es que llega- tarde mal y nunca, como es la norma en toda obra pública penibética, la única razón –repito- de que seguramente tengan que pasar otras diez generaciones de granadinos para que al fin se pueda viajar en tren a Motril o subir a la sierra en un funicular obedece a que no lo dejaron a Fontana permanecer siquiera un par de años más en el cargo.


La foto es en Chamonix pero bien podría parecerse al funicular de Sierra Nevada que no llegó a hacerse a pesar de contar con todas las bendiciones legales

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