Recorte de Ideal sobre el partido amistoso homenaje a Millán y González |
Homenaje a Millán y
González. Campanal granadinista
La primera mitad de la temporada 1943-44 fue
mala para el Granada, situado en puesto de descenso durante casi todo su
desarrollo. Pero la segunda vuelta del campeonato del cuadro que entrenaba el
húngaro Esteban Platko fue muy buena y a su término quedó el equipo rojiblanco
octavo, logrando así la que fue su mejor clasificación histórica durante los 28
años que transcurrieron hasta que en 1972 otro Granada muy distinto y dirigido
por Joseíto consiguiera acabar la liga en sexta posición (hazaña que repitió
dos años después, en 1974), aunque, en honor a la verdad, este récord
clasificatorio de 1944 ya había logrado igualarlo en 1969 el Granada de Marcel
Domingo, que también consiguió un octavo puesto.
La
excelente clasificación final granadinista había que agradecerla en gran parte
a la que fue pareja rojiblanca de moda, sobre todo para la prensa madrileña, la
que formaban dos futbolistas en magnífica forma, Marín y Trompi, que componían
el ala derecha del ataque rojiblanco y merecieron de algún medio el apelativo
de “el ala jamón”. Pero, sin desmerecer a los anteriores, mucho más que a
ningún otro habría que agradecer el excelente final de temporada a otra pareja
también en gran forma y también con bastante predicamento para la prensa
nacional, la eterna defensa del granada de la década de los cuarenta: Millán y
González. Escartín en su prestigiosa columna dijo de ellos «Aquí no hay medio
de sacar un jugador de regularidad y es que fueron dos los hombres con
idénticos méritos y sería injusto dar uno solo» (…) «Duros, rápidos,
compenetradísimos, cerraron a cal y canto la puerta de Floro y no puede
extrañarnos que el Sevilla -y algún club más- piense en los dos jóvenes y
excelentes zagueros». Efectivamente,
cada final de temporada sonaban los dos nombres como inminente traspaso a algún
club más poderoso, pero lo cierto es que ambos permanecieron en el Granada
temporada tras temporada hasta ser muchos años (hasta que Lina batió su récord
ya en 1990 y los relegó al segundo y tercer puesto) primero y segundo
respectivamente en el ranking de futbolistas con más partidos de rojiblanco en
toda la historia del club.
Suficientes
méritos había acumulado la pareja para merecer un homenaje, pero es que además,
al tratarse de los futbolistas más cotizados de la plantilla y para evitar que
nos dejaran, seducidos por ofertas poderosas, un método para mejorarles
económicamente era organizar un amistoso en el que la taquilla se la
repartieran los dos. Así la directiva de Becerra Entrambasaguas se puso manos a
la obra y nada más acabar el campeonato y aprovechando que la Copa del
Generalísimo no empezaría para los rojiblancos hasta tres semanas después,
organizó un partido homenaje al dúo, a disputar frente a una selección de
futbolistas de equipos andaluces, contando también con César y Campanal que
actuarían reforzando al Granada, aunque al final sólo vino el stuka Campanal.
En su época de portero del Madrid de antes de la guerra ya tuvo Alberty oportunidad de conocer de cerca al granítico Guillermo Campanal |
El partido se
celebró el miércoles 19 de abril de 1944 con arbitraje del ex recreativista
Eloy y con una gran entrada. El Granada alineó a: Floro; Millán, González;
Ramos (después Sosa), Segura (medio malagueño ya retirado que había pertenecido
al Sevilla y que en varias ocasiones estuvo en Los Cármenes a prueba sin que
llegara nunca a fichar), Sierra; Marín, Safont, Campanal, Leal y Mas. Trompi,
con fractura de clavícula que se produjo -al parecer- en una riña callejera la
víspera del encuentro, no pudo intervenir. Por la selección andaluza jugaron:
Busto (del Sevilla); Soler (Sevilla), Benítez (el ex granadinista, en esos momentos
en el Málaga); Alconero (del Sevilla), Virgós (del Málaga y posteriormente del
Barcelona), Mateo (Sevilla); Mesa (ex granadinista que actuaba en el Málaga),
Arza (Sevilla), Roldán (del Betis), Bescós (del Betis) y Emilio (del Málaga).
Varios de los sevillistas eran o habían sido internacionales. Ganó el Granada
3-2 y nadie se aburrió pues los intervinientes no sestearon y ofrecieron un
bonito fútbol y un entusiasmo que no suele darse en los amistosos.
Campanal, que
para muchos hinchas granadinistas llegó a encarnar la personificación del mal
al acusarlo -sin fundamento- de ser el responsable de la muerte del portero
Alberty, olvidado ya el viejo contencioso con la afición, fue el mejor
rojiblanco y marcó el definitivo 3-2 con uno de sus cañonazos rompe redes. Suya
fue la copa que se entregó al futbolista que más destacara en el amistoso.
Ricardo Martín Campos arropado por los asistentes a su cena homenaje |
Homenaje a Ricardo
Martín Campos
Y de homenaje
en homenaje. El domingo 23 de abril de 1944, en los salones del hotel Alhambra
Palace, organizada por el Granada CF y por las peñas deportivas, tuvo lugar una
cena homenaje al presidente honorario del club Ricardo Martín Campos, propulsor del fútbol en nuestra ciudad,
como comenta Patria, directivo desde el segundo año de vida del club, 1932, y
presidente del Granada desde pocos días antes de que empezara la Guerra Civil
(cuando nadie quería saber nada del Recreativo y éste estuvo a punto de correr
la misma suerte que la República) y hasta el mes de noviembre de 1943, esta
misma temporada, cuando dimitió por no poder soportar las injurias que a grito
pelado le lanzaban los exaltados de siempre haciéndolo responsable de un mal
resultado futbolístico.
Al acto
asistieron más de cien socios y también las autoridades locales y la directiva
en pleno. A los postres el homenajeado tomó la palabra e hizo un recorrido por
toda la historia del club, del que él había sido protagonista casi desde
primera hora. Tuvo un recuerdo especial para los modestos fundadores y su gran
mérito de haber construido, prácticamente sin medios, el primer campo de
fútbol, el de las Tablas, en la calle Concepción Arenal. También tuvo palabras
de recuerdo para determinados futbolistas y entrenadores que dejaron huella,
como Manolo Valderrama, Victoriano Santos y Julio Alberty, de quien dijo que
había salvado al Granada del descenso a segunda en 1942 y pidió se le
concediera sepultura a perpetuidad, a lo que contestó el alcalde Antonio
Gallego Burín, en la intervención que cerró el acto, accediendo a la propuesta
de Martín Campos y decretando que la tumba de Alberty en el cementerio de San
José sería para siempre del llorado portero húngaro.
Alberty volaba. Aquí está la prueba |
Superado
el Ceuta en Copa
A finales de
abril de 1944 la temporada todavía no había terminado. Faltaba jugar la Copa
del Generalísimo, que en primera eliminatoria, XVI, emparejó al Granada con el
Ceuta, de Segunda División, el mismo rival que eliminó a los rojiblancos la
temporada pasada en la primera ronda, con aquella paliza de 5-0 en el partido
de ida en tierra africana. Los nuestros, que una semana antes habían asegurado
la permanencia en Primera ganando la promoción al Valladolid, entre
celebraciones y francachelas se habían olvidado de la copa y así les fue.
Esta
vez no hubo sorpresa, aunque a punto estuvo de haberla ya que en la ida, en
Ceuta, ganaban los locales 3-0 a poco de iniciarse la segunda mitad, pero los
granadinistas consiguieron empatar a tres goles, el primero del debutante
Melul, y dejar encarrilada la eliminatoria, que acabó de resolverse
favorablemente para el Granada en Los Cármenes, donde vencieron los rojiblancos
2-1 una semana más tarde, pasando así a VIII.
Esteban Platko en sus tiempos del Valladolid. Consiguió al frente del Granada su mejor puesto en Primera División entre 1944 y 1972 |
Triunfo en Chamartín
En octavos de
Copa tocó enfrentarse al R. Madrid, que había terminado la liga justo un puesto
por encima del Granada, el 7º, con dos puntos más. La ida fue en Los Cármenes y
acabó como empezó, esto es, 0-0. El árbitro del partido, el asturiano Fombona,
que esta misma temporada había perjudicado al Granada en su partido de San
Mamés, según las crónicas volvió a perjudicarlo y tuvo buena parte de la culpa
de que no se moviera el marcador al anular un gol del Granada conseguido por
Safont para convertirlo en penalti por mano de un defensor madridista que vio
sólo Fombona; lanzada por González la máxima pena, su disparo salió fuera.
El partido acabó entre el enfado hacia el árbitro de la afición y sobre el
terreno cayeron algunos proyectiles dirigidos al trencilla. El Granada fue
multado días después con 750 ptas. por lanzamiento de piedras desde las gradas.
Parecía que en
ésta y en la temporada anterior se había convertido en tradición siempre que el
Granada se enfrentaba al Madrid que el partido terminara en empate y que los
rojiblancos merecieran y tuvieran muy al alcance de la mano una victoria que al
final se escapaba. Así acababa de ocurrir en el partido de la ida en Los
Cármenes. Pero en la vuelta, en Chamartín, el Granada en un gran partido -otro
más- del trío Floro-Millán-González consiguió una victoria, 0-2 (Nicola y
Safont), que supuso romper esa mala costumbre y pasar a IV.
El Granada que empató sin goles con el R.Madrid en Los Cármenes: Marín, Melul, Floro, Millán, Mas, Safont y Sosa; con Leal, González, Conde (en su último `partido oficial como granadinista) y Sierra |
Esta gran
victoria granadinista no se puede catalogar como sorpresa ya que, como hemos
visto, el Madrid por entonces estaba todavía lejos de ser el súper equipo que
todo lo gana y en la liga terminó sólo un puesto por encima de los nuestros,
pero ahí queda para la historia la primera vez que el Granada se traía de
Madrid una victoria. Victoria que se produjo con todas las de la ley, muy merecidamente, según resalta el
redactor del diario Pueblo, Nivardo Pina, que firma la crónica para Patria. Y
eso que jugamos sin el ala derecha “jamón” completa (como este mismo reportero
ya la elogiara), la que formaban Marín y Trompi, porque el veterano extremo
estaba lesionado (en su lugar jugó García), pero el pequeño y genial Trompi,
con un gran vendaje sujetándole la clavícula y que reaparecía después del
incidente callejero que lo tuvo un mes ausente, volvió a maravillar a propios y
extraños con sus fintas y asistencias hasta el punto de que en Marca se dice de
él que es el Monchín Triana de los tiempos actuales. Curiosamente, la temporada
pasada, después del Coruña 2 Granada 2, también la prensa gallega hizo la misma
comparación.
El Granada, en
recuerdo de la pedrea de la ida en Los Cármenes, fue recibido en Chamartín con
una formidable pita, según destacan las crónicas. Pero si el recibimiento fue
hostil, la despedida fue de órdago, aunque esto ya no lo reflejan las crónicas
sino que lo dice el secretario técnico Paco Cristiá en declaraciones a Patria
algunos días después. Cuenta Cristiá que en Madrid los blancos practicaron más
de la cuenta el juego subterráneo dejando sangrantes a Millán y Sosa, y
contusos a Sierra, Nicola y Melito, y que la fuerza pública tuvo que proteger
la salida del campo madrileño del ómnibus
granadinista entre una incesante lluvia de piedras. Sobre la causa de ese
apedreamiento circula una anécdota con pocos visos de ser cierta, según la cual
la culpa la habría tenido Trompi, que además de buen futbolista era también
algo chuleta, quien habría provocado al respetable mofándose de los presentes
al recorrer la banda mirando con sorna al tendido y haciendo el gesto de
fumarse un puro.
Toda la prensa
madrileña reconoció que el Granada estuvo bastante mejor que el R. Madrid y que
su victoria fue muy justa. Algunos incluso dicen que pudo ser más amplia.
También hay unanimidad en resaltar, por encima de todo, la gran calidad
futbolera del dúo Milán-González.
La victoria del Granada en Chamartín vista por Marca. A la izquierda, González, Nicola y Floro, felices tras eliminar al Madrid |
El At. Bilbao pone fin
a una temporada récord
Al día
siguiente de la victoria en Chamartín se conoció el rival copero en cuartos de
final, el Atlético de Bilbao. Ése era su nombre en aquellos tiempos, nada de
Athletic, que no es palabra de la lengua
del imperio. En la liga recién terminada no había estado demasiado bien y
su clasificación (por detrás del Granada a un punto) había sido mediocre, pero
seguía siendo el actual campeón de Copa, título que revalidaría este mismo año.
Y también seguía contando con numerosos futbolistas internacionales o que lo
serían en breve: Lezama, Arqueta, Oceja, Bertol, Nando, Iriondo, Zarra, Panizo
y Gainza, por citar sólo a los que jugaron la tarde copera en la que los
rojiblancos (el Bilbao jugó de blanco) comparecieron en San Mamés; de los once,
leones sólo el medio Celaya y el delantero
Escudero nunca alcanzaron la internacionalidad.
Como
la ida era en San Mamés, la expedición rojiblanca no volvió a Granada desde
Madrid sino que viajó hasta Miranda de Ebro, Burgos, y allí permaneció hasta la
tarde anterior al partido, el sábado 27 de mayo. Pero en Bilbao quedó la
eliminatoria más que resuelta al encajar el Granada un concluyente 6-1 pese a
que el trío Floro-Millán-González volvió a ser lo mejor del equipo. En la
vuelta, Los Cármenes, 4 de junio, un solitario gol de Nicola sirvió para que
por primera vez en su historia el Granada, vestido de azul, derrotara al equipo
vasco. Así terminaba la temporada oficial para los rojiblancos.
El camarada José Ibáñez Martín inaugura el nuevo edificio de la Facultad de Medicina el 9 de junio de 1944 |
Copa Corpus
El año
anterior no hubo Copa Granada, pero en 1944 volvieron a programarse, como parte
de los festejos, partidos amistosos en Los Cármenes para las fiestas del
Corpus, en este caso bajo la denominación Copa Corpus 1944, y con un trofeo
para el ganador donado por el Ayuntamiento.
Como
vimos, recientemente el Granada y el Sevilla habían limado sus diferencias, es
decir, habían olvidado las peleas y desencuentros que habían caracterizado
todos sus enfrentamientos desde que el Granada subió a Primera División. Para
continuar esa luna de miel, qué mejor rival para un amistoso que el primer
equipo andaluz, que además acababa de completar una magnífica liga en la que
había quedado tercero, sólo superado por el Valencia (el campeón) y el At.
Aviación.
La Copa
Granada o Copa Corpus consistió en dos partidos en Los Cármenes frente al
Sevilla, cuidando que su celebración no coincidiera con alguna corrida de toros,
viernes y sábado de la primera semana de fiestas. El primero se jugó el 9 de
junio, el mismo día en que el camarada
ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín, inauguraba oficialmente el «imponente edificio de la nueva
facultad de medicina» (Patria) en la avenida de Madrid, mientras en las costas
de Normandía se decidía la II Guerra Mundial. Bajo la lluvia y ante escasísimo público,
nuestro equipo, muy apático, fue ampliamente derrotado 3-8 por el Sevilla (0-5
al descanso), que apenas tuvo que esforzarse. Al día siguiente un Granada
bastante más entonado derrotó 3-1 al Sevilla, pero la copa en juego fue para
los forasteros.
El Granada tiene nuevo presidente a partir de mediados de junio: Juan Diego Pérez de Haro |
Pérez de Haro por
Becerra Entrambasaguas
Antes de estar
totalmente finiquitada la temporada 1943-44, a mediados de junio y cuando menos
se esperaba, presenta su dimisión Becerra Entrambasaguas por motivos
particulares. En entrevista a Patria de poco más de un mes antes nada había
dejado traslucir e incluso muy recientemente se había producido una pequeña
remodelación de su junta directiva. En esa entrevista aseguró a Saucedo que el
club no traspasaría a ninguna de sus estrellas (se rumoreaba que Millán lo
tenía hecho con el Sevilla) y que para
la siguiente temporada sólo ficharían un medio centro y un interior, porque el
poderío económico rojiblanco no daba para más.
Nunca Becerra
dio muestras de encontrarse muy a gusto en el cargo de presidente, pero las
penurias económicas rojiblancas parece que fueron las que finalmente le
decidieron a salir del Granada. En la entrevista para Patria Becerra dice que la
situación económica no es tan preocupante para añadir a continuación que un
equipo de Primera División necesita más
de esos apenas 2.000 socios con que cuenta el Granada, cuyas aportaciones
mensuales, poco más de 21.000 ptas., no llegan para pagar las 24.000 de cada
nómina. Y todo agravado porque, como viene siendo habitual, al terminar cada
temporada la mayoría de los socios se dan de baja y dejan de abonar sus cuotas
para volver a darse de alta en septiembre, al inicio de la siguiente temporada,
práctica con la que se intenta acabar exigiendo a esos falsos nuevos socios el
pago de las cuotas de julio y agosto, de lo contrario no se admitirá su alta. A
estas alturas la losa del club se estima que anda ya cercana a las 300.000
ptas., una cifra muy preocupante aunque hoy parezca carecer de importancia.
A Becerra le sucedió en el cargo el
vicepresidente Juan Diego Pérez de Haro. Al formarse la nueva directiva
entraron al club personas llamadas a tener gran protagonismo en el futuro, como
Juan Alonso Roda y Luis Rivas Gálvez. En sus primeras declaraciones a la prensa
se reafirmó en la intención de su predecesor de no traspasar a ninguno de los
futbolistas cotizados, y su primera decisión deportiva fue dar la baja a los
veteranos Euskalduna y Conde.
En la Acera del Casino se construyen nuevos quioscos |
Sigue la remodelación urbana
Siguen incansables las obras de
mejora y remodelación del centro de la ciudad y fruto de ello es la aparición
de unos armatostes en construcción en plena Acera del Casino que por estar
vallados y por su escaso tamaño han dado lugar a todo tipo de especulaciones
sobre qué cosa será la que se está levantando invadiendo un espacio público. A
primera vista se diría que lo que se construye son unos modernos mingitorios.
Algunos dicen que se trata de unas nuevas garitas de fielato, para cobrar
consumos a todos los transeúntes. Y no faltan quienes afirman que no son otra
cosa sino entradas a la bóveda del Darro para ser ésta utilizada como refugio
antiaéreo cuando dentro de poco los aliados se dirijan contra la patria una vez
liquiden a los alemanes.
Pero nada
de eso. Se trata de unos quioscos hechos de obra, a los que se quiere dar
cierto aire andaluz, con sus tejas verdes y blancas en los caballetes de sus
tejados a cuatro aguas, y su destino inicial es que sirvan para la venta de
flores. La sección La Calle, en la última página de Ideal de 5 de mayo, desvela
el secreto. Sólo uno se conserva en la actualidad aunque es utilizado para una
función distinta a aquella primera para
la que fue construido.
El refugio de la Sociedad Sierra Nevada en el paraje conocido como
Llanos de Otero en una imagen anterior a la Guerra Civil. Esta era la zona
preferida por los primeros esquiadores
|
Prolongación del ferrocarril a Sierra Nevada
La
prolongación del trazado del tranvía de la Sierra era una vieja reivindicación
granadina. Por fin Ideal y Patria de 13 de mayo de 1944 dan a conocer que el
jefe provincial del Movimiento y gobernador civil, camarada José María Fontana,
recién regresado de Madrid, ha comunicado a la prensa que ya hay consignación
presupuestaria firmada por el ministro de Obras Públicas, camarada Alfonso Peña
Boeuf, por lo que el ferrocarril a Sierra Nevada, que pertenece al Estado desde
que fuera incautado por la República en 1932, en breve va a ser prolongado
desde la desembocadura del Maitena, actual estación terminal, hasta el barranco
de San Juan, con dos paradas más, una en el Charcón y otra ya, final de trayecto,
en el propio barranco. Serán tres kilómetros y medio de nuevo trazado con ocho
túneles y tres puentes. El gobernador civil Fontana aparece como gran impulsor
de estas interesantísimas mejoras largamente reivindicadas.
Y no queda ahí
la cosa sino que desde el barranco de San Juan está prevista la construcción de
un funicular o teleférico, un transbordador aún en proyecto, que ascienda hasta
el albergue de la sociedad Sierra Nevada en los llanos de Otero, muy cerca de
la Hoya de la Mora y los peñones de San Francisco, a 2.200 metros de altitud,
salvando un desnivel de algo más de 1.000 metros. Al mismo tiempo se proyecta
la repoblación forestal de la vertiente atlántica de Sierra Nevada, con una
actuación que afecta a casi 5.000 hectáreas de terreno y que dará trabajo a más
de 800 obreros durante siete años.
Como
sabemos, la prolongación de la vía sí se hizo, ya en 1947, pero el funicular
nunca se convirtió en realidad. En 1945 fue elaborado el anteproyecto que daría
forma a la cosa. Un año después, se publicaron las bases y se celebró el
concurso para su construcción (que quedó desierto). Nuevo salto temporal que
nos lleva a 1951, fecha en la que el Consejo de Ministros autoriza el proyecto
y aprueba su presupuesto. Pero a pesar de todas esas bendiciones legales, aquel
funicular o ferrocarril aéreo se perdió en algún pliegue del espacio-tiempo y
de él nunca más se supo. Un misterio. Como resulta que años después la estación
de esquí se construyó lejos de la zona donde debería llegar el funicular y en
otra vertiente, la idea del transbordador y el mismo tranvía serrano fueron
quedando cada vez más olvidados. Hasta hoy. Recientemente vio la luz un
proyecto de funicular que desde la capital llegue a Pradollano, pero parece difícil
que vaya a obtener los necesarios beneplácitos por su impacto ambiental. O eso
dicen. En cualquier caso, si se llegara a hacer algún día (día muy lejano
teniendo en cuenta que en Granada es tradición que las obras de infraestructura
duren cuatro veces más que en cualquier otro lugar) nada tendría que ver este
nuevo funicular con aquel otro de los cuarenta que no pasó de proyecto.
El tranvía de la Sierra con dos jardineras en su parada al comienzo de Carretera de la Sierra, listo para partir |
La
misma desaparición del llorado tranvía de la Sierra en 1974 -no hace falta
decirlo- fue un grave error para una economía tan dependiente del turismo como
es la granadina. Imaginemos si se hubiesen conservado tranvía y funicular y
llegado hasta los tiempos actuales. Su peso en oro valdría su rendimiento
turístico, además de prestar un gran servicio a uno de los pilares de la
economía provincial como es Sierra Nevada.
Horario del tranvía de la Sierra en los primeros años cuarenta |
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