EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



martes, 1 de mayo de 2018

UNA TEMPORADA DE RÉCORD



Recorte de Ideal sobre el partido amistoso homenaje a Millán y González

Homenaje a Millán y González. Campanal granadinista
            La primera mitad de la temporada 1943-44 fue mala para el Granada, situado en puesto de descenso durante casi todo su desarrollo. Pero la segunda vuelta del campeonato del cuadro que entrenaba el húngaro Esteban Platko fue muy buena y a su término quedó el equipo rojiblanco octavo, logrando así la que fue su mejor clasificación histórica durante los 28 años que transcurrieron hasta que en 1972 otro Granada muy distinto y dirigido por Joseíto consiguiera acabar la liga en sexta posición (hazaña que repitió dos años después, en 1974), aunque, en honor a la verdad, este récord clasificatorio de 1944 ya había logrado igualarlo en 1969 el Granada de Marcel Domingo, que también consiguió un octavo puesto.
                La excelente clasificación final granadinista había que agradecerla en gran parte a la que fue pareja rojiblanca de moda, sobre todo para la prensa madrileña, la que formaban dos futbolistas en magnífica forma, Marín y Trompi, que componían el ala derecha del ataque rojiblanco y merecieron de algún medio el apelativo de “el ala jamón”. Pero, sin desmerecer a los anteriores, mucho más que a ningún otro habría que agradecer el excelente final de temporada a otra pareja también en gran forma y también con bastante predicamento para la prensa nacional, la eterna defensa del granada de la década de los cuarenta: Millán y González. Escartín en su prestigiosa columna dijo de ellos «Aquí no hay medio de sacar un jugador de regularidad y es que fueron dos los hombres con idénticos méritos y sería injusto dar uno solo» (…) «Duros, rápidos, compenetradísimos, cerraron a cal y canto la puerta de Floro y no puede extrañarnos que el Sevilla -y algún club más- piense en los dos jóvenes y excelentes zagueros».  Efectivamente, cada final de temporada sonaban los dos nombres como inminente traspaso a algún club más poderoso, pero lo cierto es que ambos permanecieron en el Granada temporada tras temporada hasta ser muchos años (hasta que Lina batió su récord ya en 1990 y los relegó al segundo y tercer puesto) primero y segundo respectivamente en el ranking de futbolistas con más partidos de rojiblanco en toda la historia del club.
                Suficientes méritos había acumulado la pareja para merecer un homenaje, pero es que además, al tratarse de los futbolistas más cotizados de la plantilla y para evitar que nos dejaran, seducidos por ofertas poderosas, un método para mejorarles económicamente era organizar un amistoso en el que la taquilla se la repartieran los dos. Así la directiva de Becerra Entrambasaguas se puso manos a la obra y nada más acabar el campeonato y aprovechando que la Copa del Generalísimo no empezaría para los rojiblancos hasta tres semanas después, organizó un partido homenaje al dúo, a disputar frente a una selección de futbolistas de equipos andaluces, contando también con César y Campanal que actuarían reforzando al Granada, aunque al final sólo vino el stuka Campanal.

 En su época de portero del Madrid de antes de la guerra ya tuvo Alberty oportunidad de conocer de cerca al granítico Guillermo Campanal

El partido se celebró el miércoles 19 de abril de 1944 con arbitraje del ex recreativista Eloy y con una gran entrada. El Granada alineó a: Floro; Millán, González; Ramos (después Sosa), Segura (medio malagueño ya retirado que había pertenecido al Sevilla y que en varias ocasiones estuvo en Los Cármenes a prueba sin que llegara nunca a fichar), Sierra; Marín, Safont, Campanal, Leal y Mas. Trompi, con fractura de clavícula que se produjo -al parecer- en una riña callejera la víspera del encuentro, no pudo intervenir. Por la selección andaluza jugaron: Busto (del Sevilla); Soler (Sevilla), Benítez (el ex granadinista, en esos momentos en el Málaga); Alconero (del Sevilla), Virgós (del Málaga y posteriormente del Barcelona), Mateo (Sevilla); Mesa (ex granadinista que actuaba en el Málaga), Arza (Sevilla), Roldán (del Betis), Bescós (del Betis) y Emilio (del Málaga). Varios de los sevillistas eran o habían sido internacionales. Ganó el Granada 3-2 y nadie se aburrió pues los intervinientes no sestearon y ofrecieron un bonito fútbol y un entusiasmo que no suele darse en los amistosos.
Campanal, que para muchos hinchas granadinistas llegó a encarnar la personificación del mal al acusarlo -sin fundamento- de ser el responsable de la muerte del portero Alberty, olvidado ya el viejo contencioso con la afición, fue el mejor rojiblanco y marcó el definitivo 3-2 con uno de sus cañonazos rompe redes. Suya fue la copa que se entregó al futbolista que más destacara en el amistoso.

Ricardo Martín Campos arropado por los asistentes a su cena homenaje
Homenaje a Ricardo Martín Campos

Y de homenaje en homenaje. El domingo 23 de abril de 1944, en los salones del hotel Alhambra Palace, organizada por el Granada CF y por las peñas deportivas, tuvo lugar una cena homenaje al presidente honorario del club Ricardo Martín Campos, propulsor del fútbol en nuestra ciudad, como comenta Patria, directivo desde el segundo año de vida del club, 1932, y presidente del Granada desde pocos días antes de que empezara la Guerra Civil (cuando nadie quería saber nada del Recreativo y éste estuvo a punto de correr la misma suerte que la República) y hasta el mes de noviembre de 1943, esta misma temporada, cuando dimitió por no poder soportar las injurias que a grito pelado le lanzaban los exaltados de siempre haciéndolo responsable de un mal resultado futbolístico. 
Al acto asistieron más de cien socios y también las autoridades locales y la directiva en pleno. A los postres el homenajeado tomó la palabra e hizo un recorrido por toda la historia del club, del que él había sido protagonista casi desde primera hora. Tuvo un recuerdo especial para los modestos fundadores y su gran mérito de haber construido, prácticamente sin medios, el primer campo de fútbol, el de las Tablas, en la calle Concepción Arenal. También tuvo palabras de recuerdo para determinados futbolistas y entrenadores que dejaron huella, como Manolo Valderrama, Victoriano Santos y Julio Alberty, de quien dijo que había salvado al Granada del descenso a segunda en 1942 y pidió se le concediera sepultura a perpetuidad, a lo que contestó el alcalde Antonio Gallego Burín, en la intervención que cerró el acto, accediendo a la propuesta de Martín Campos y decretando que la tumba de Alberty en el cementerio de San José sería para siempre del llorado portero húngaro.

Alberty volaba. Aquí está la prueba
 Superado el Ceuta en Copa

A finales de abril de 1944 la temporada todavía no había terminado. Faltaba jugar la Copa del Generalísimo, que en primera eliminatoria, XVI, emparejó al Granada con el Ceuta, de Segunda División, el mismo rival que eliminó a los rojiblancos la temporada pasada en la primera ronda, con aquella paliza de 5-0 en el partido de ida en tierra africana. Los nuestros, que una semana antes habían asegurado la permanencia en Primera ganando la promoción al Valladolid, entre celebraciones y francachelas se habían olvidado de la copa y así les fue.
                Esta vez no hubo sorpresa, aunque a punto estuvo de haberla ya que en la ida, en Ceuta, ganaban los locales 3-0 a poco de iniciarse la segunda mitad, pero los granadinistas consiguieron empatar a tres goles, el primero del debutante Melul, y dejar encarrilada la eliminatoria, que acabó de resolverse favorablemente para el Granada en Los Cármenes, donde vencieron los rojiblancos 2-1 una semana más tarde, pasando así a VIII.


 Esteban Platko en sus tiempos del Valladolid. Consiguió al frente del Granada su mejor puesto en Primera División entre 1944 y 1972



Triunfo en Chamartín
En octavos de Copa tocó enfrentarse al R. Madrid, que había terminado la liga justo un puesto por encima del Granada, el 7º, con dos puntos más. La ida fue en Los Cármenes y acabó como empezó, esto es, 0-0. El árbitro del partido, el asturiano Fombona, que esta misma temporada había perjudicado al Granada en su partido de San Mamés, según las crónicas volvió a perjudicarlo y tuvo buena parte de la culpa de que no se moviera el marcador al anular un gol del Granada conseguido por Safont para convertirlo en penalti por mano de un defensor madridista que vio sólo Fombona; lanzada por González la máxima pena, su disparo salió fuera. El partido acabó entre el enfado hacia el árbitro de la afición y sobre el terreno cayeron algunos proyectiles dirigidos al trencilla. El Granada fue multado días después con 750 ptas. por lanzamiento de piedras desde las gradas.
Parecía que en ésta y en la temporada anterior se había convertido en tradición siempre que el Granada se enfrentaba al Madrid que el partido terminara en empate y que los rojiblancos merecieran y tuvieran muy al alcance de la mano una victoria que al final se escapaba. Así acababa de ocurrir en el partido de la ida en Los Cármenes. Pero en la vuelta, en Chamartín, el Granada en un gran partido -otro más- del trío Floro-Millán-González consiguió una victoria, 0-2 (Nicola y Safont), que supuso romper esa mala costumbre y pasar a IV.

 El Granada que empató sin goles con el R.Madrid en Los Cármenes: Marín, Melul, Floro, Millán, Mas, Safont y Sosa; con Leal, González, Conde (en su último `partido oficial como granadinista) y Sierra

Esta gran victoria granadinista no se puede catalogar como sorpresa ya que, como hemos visto, el Madrid por entonces estaba todavía lejos de ser el súper equipo que todo lo gana y en la liga terminó sólo un puesto por encima de los nuestros, pero ahí queda para la historia la primera vez que el Granada se traía de Madrid una victoria. Victoria que se produjo con todas las de la ley, muy merecidamente, según resalta el redactor del diario Pueblo, Nivardo Pina, que firma la crónica para Patria. Y eso que jugamos sin el ala derecha “jamón” completa (como este mismo reportero ya la elogiara), la que formaban Marín y Trompi, porque el veterano extremo estaba lesionado (en su lugar jugó García), pero el pequeño y genial Trompi, con un gran vendaje sujetándole la clavícula y que reaparecía después del incidente callejero que lo tuvo un mes ausente, volvió a maravillar a propios y extraños con sus fintas y asistencias hasta el punto de que en Marca se dice de él que es el Monchín Triana de los tiempos actuales. Curiosamente, la temporada pasada, después del Coruña 2 Granada 2, también la prensa gallega hizo la misma comparación.
El Granada, en recuerdo de la pedrea de la ida en Los Cármenes, fue recibido en Chamartín con una formidable pita, según destacan las crónicas. Pero si el recibimiento fue hostil, la despedida fue de órdago, aunque esto ya no lo reflejan las crónicas sino que lo dice el secretario técnico Paco Cristiá en declaraciones a Patria algunos días después. Cuenta Cristiá que en Madrid los blancos practicaron más de la cuenta el juego subterráneo dejando sangrantes a Millán y Sosa, y contusos a Sierra, Nicola y Melito, y que la fuerza pública tuvo que proteger la salida del campo madrileño del ómnibus granadinista entre una incesante lluvia de piedras. Sobre la causa de ese apedreamiento circula una anécdota con pocos visos de ser cierta, según la cual la culpa la habría tenido Trompi, que además de buen futbolista era también algo chuleta, quien habría provocado al respetable mofándose de los presentes al recorrer la banda mirando con sorna al tendido y haciendo el gesto de fumarse un puro.
Toda la prensa madrileña reconoció que el Granada estuvo bastante mejor que el R. Madrid y que su victoria fue muy justa. Algunos incluso dicen que pudo ser más amplia. También hay unanimidad en resaltar, por encima de todo, la gran calidad futbolera del dúo Milán-González.

La victoria del Granada en Chamartín vista por Marca. A la izquierda, González, Nicola y Floro, felices tras eliminar al Madrid
                          
El At. Bilbao pone fin a una temporada récord
Al día siguiente de la victoria en Chamartín se conoció el rival copero en cuartos de final, el Atlético de Bilbao. Ése era su nombre en aquellos tiempos, nada de Athletic, que no es palabra de la lengua del imperio. En la liga recién terminada no había estado demasiado bien y su clasificación (por detrás del Granada a un punto) había sido mediocre, pero seguía siendo el actual campeón de Copa, título que revalidaría este mismo año. Y también seguía contando con numerosos futbolistas internacionales o que lo serían en breve: Lezama, Arqueta, Oceja, Bertol, Nando, Iriondo, Zarra, Panizo y Gainza, por citar sólo a los que jugaron la tarde copera en la que los rojiblancos (el Bilbao jugó de blanco) comparecieron en San Mamés; de los once, leones sólo el medio Celaya y el delantero Escudero nunca alcanzaron la internacionalidad.
                Como la ida era en San Mamés, la expedición rojiblanca no volvió a Granada desde Madrid sino que viajó hasta Miranda de Ebro, Burgos, y allí permaneció hasta la tarde anterior al partido, el sábado 27 de mayo. Pero en Bilbao quedó la eliminatoria más que resuelta al encajar el Granada un concluyente 6-1 pese a que el trío Floro-Millán-González volvió a ser lo mejor del equipo. En la vuelta, Los Cármenes, 4 de junio, un solitario gol de Nicola sirvió para que por primera vez en su historia el Granada, vestido de azul, derrotara al equipo vasco. Así terminaba la temporada oficial para los rojiblancos.

El camarada José Ibáñez Martín inaugura el nuevo edificio de la Facultad de Medicina el 9 de junio de 1944

Copa Corpus
El año anterior no hubo Copa Granada, pero en 1944 volvieron a programarse, como parte de los festejos, partidos amistosos en Los Cármenes para las fiestas del Corpus, en este caso bajo la denominación Copa Corpus 1944, y con un trofeo para el ganador donado por el Ayuntamiento.
                Como vimos, recientemente el Granada y el Sevilla habían limado sus diferencias, es decir, habían olvidado las peleas y desencuentros que habían caracterizado todos sus enfrentamientos desde que el Granada subió a Primera División. Para continuar esa luna de miel, qué mejor rival para un amistoso que el primer equipo andaluz, que además acababa de completar una magnífica liga en la que había quedado tercero, sólo superado por el Valencia (el campeón) y el At. Aviación.
La Copa Granada o Copa Corpus consistió en dos partidos en Los Cármenes frente al Sevilla, cuidando que su celebración no coincidiera con alguna corrida de toros, viernes y sábado de la primera semana de fiestas. El primero se jugó el 9 de junio, el mismo día en que el camarada ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín, inauguraba oficialmente el «imponente edificio de la nueva facultad de medicina» (Patria) en la avenida de Madrid, mientras en las costas de Normandía se decidía la II Guerra Mundial. Bajo la lluvia y ante escasísimo público, nuestro equipo, muy apático, fue ampliamente derrotado 3-8 por el Sevilla (0-5 al descanso), que apenas tuvo que esforzarse. Al día siguiente un Granada bastante más entonado derrotó 3-1 al Sevilla, pero la copa en juego fue para los forasteros.  

El Granada tiene nuevo presidente a partir de mediados de junio: Juan Diego Pérez de Haro 
        
Pérez de Haro por Becerra Entrambasaguas
Antes de estar totalmente finiquitada la temporada 1943-44, a mediados de junio y cuando menos se esperaba, presenta su dimisión Becerra Entrambasaguas por motivos particulares. En entrevista a Patria de poco más de un mes antes nada había dejado traslucir e incluso muy recientemente se había producido una pequeña remodelación de su junta directiva. En esa entrevista aseguró a Saucedo que el club no traspasaría a ninguna de sus estrellas (se rumoreaba que Millán lo tenía hecho con el Sevilla)  y que para la siguiente temporada sólo ficharían un medio centro y un interior, porque el poderío económico rojiblanco no daba para más.
Nunca Becerra dio muestras de encontrarse muy a gusto en el cargo de presidente, pero las penurias económicas rojiblancas parece que fueron las que finalmente le decidieron a salir del Granada. En la entrevista para Patria Becerra dice que la situación económica no es tan preocupante para añadir a continuación que un equipo de Primera División necesita  más de esos apenas 2.000 socios con que cuenta el Granada, cuyas aportaciones mensuales, poco más de 21.000 ptas., no llegan para pagar las 24.000 de cada nómina. Y todo agravado porque, como viene siendo habitual, al terminar cada temporada la mayoría de los socios se dan de baja y dejan de abonar sus cuotas para volver a darse de alta en septiembre, al inicio de la siguiente temporada, práctica con la que se intenta acabar exigiendo a esos falsos nuevos socios el pago de las cuotas de julio y agosto, de lo contrario no se admitirá su alta. A estas alturas la losa del club se estima que anda ya cercana a las 300.000 ptas., una cifra muy preocupante aunque hoy parezca carecer de importancia.
 A Becerra le sucedió en el cargo el vicepresidente Juan Diego Pérez de Haro. Al formarse la nueva directiva entraron al club personas llamadas a tener gran protagonismo en el futuro, como Juan Alonso Roda y Luis Rivas Gálvez. En sus primeras declaraciones a la prensa se reafirmó en la intención de su predecesor de no traspasar a ninguno de los futbolistas cotizados, y su primera decisión deportiva fue dar la baja a los veteranos Euskalduna y Conde.

En la Acera del Casino se construyen nuevos quioscos

Sigue la remodelación urbana
            Siguen incansables las obras de mejora y remodelación del centro de la ciudad y fruto de ello es la aparición de unos armatostes en construcción en plena Acera del Casino que por estar vallados y por su escaso tamaño han dado lugar a todo tipo de especulaciones sobre qué cosa será la que se está levantando invadiendo un espacio público. A primera vista se diría que lo que se construye son unos modernos mingitorios. Algunos dicen que se trata de unas nuevas garitas de fielato, para cobrar consumos a todos los transeúntes. Y no faltan quienes afirman que no son otra cosa sino entradas a la bóveda del Darro para ser ésta utilizada como refugio antiaéreo cuando dentro de poco los aliados se dirijan contra la patria una vez liquiden a los alemanes.
                Pero nada de eso. Se trata de unos quioscos hechos de obra, a los que se quiere dar cierto aire andaluz, con sus tejas verdes y blancas en los caballetes de sus tejados a cuatro aguas, y su destino inicial es que sirvan para la venta de flores. La sección La Calle, en la última página de Ideal de 5 de mayo, desvela el secreto. Sólo uno se conserva en la actualidad aunque es utilizado para una función distinta  a aquella primera para la que fue construido.

El refugio de la Sociedad Sierra Nevada en el paraje conocido como Llanos de Otero en una imagen anterior a la Guerra Civil. Esta era la zona preferida por los primeros esquiadores
 Prolongación del ferrocarril a Sierra Nevada
La prolongación del trazado del tranvía de la Sierra era una vieja reivindicación granadina. Por fin Ideal y Patria de 13 de mayo de 1944 dan a conocer que el jefe provincial del Movimiento y gobernador civil, camarada José María Fontana, recién regresado de Madrid, ha comunicado a la prensa que ya hay consignación presupuestaria firmada por el ministro de Obras Públicas, camarada Alfonso Peña Boeuf, por lo que el ferrocarril a Sierra Nevada, que pertenece al Estado desde que fuera incautado por la República en 1932, en breve va a ser prolongado desde la desembocadura del Maitena, actual estación terminal, hasta el barranco de San Juan, con dos paradas más, una en el Charcón y otra ya, final de trayecto, en el propio barranco. Serán tres kilómetros y medio de nuevo trazado con ocho túneles y tres puentes. El gobernador civil Fontana aparece como gran impulsor de estas interesantísimas mejoras largamente reivindicadas.
Y no queda ahí la cosa sino que desde el barranco de San Juan está prevista la construcción de un funicular o teleférico, un transbordador aún en proyecto, que ascienda hasta el albergue de la sociedad Sierra Nevada en los llanos de Otero, muy cerca de la Hoya de la Mora y los peñones de San Francisco, a 2.200 metros de altitud, salvando un desnivel de algo más de 1.000 metros. Al mismo tiempo se proyecta la repoblación forestal de la vertiente atlántica de Sierra Nevada, con una actuación que afecta a casi 5.000 hectáreas de terreno y que dará trabajo a más de 800 obreros durante siete años.

El tranvía de la Sierra con dos jardineras en su parada al comienzo de Carretera de la Sierra, listo para partir
Como sabemos, la prolongación de la vía sí se hizo, ya en 1947, pero el funicular nunca se convirtió en realidad. En 1945 fue elaborado el anteproyecto que daría forma a la cosa. Un año después, se publicaron las bases y se celebró el concurso para su construcción (que quedó desierto). Nuevo salto temporal que nos lleva a 1951, fecha en la que el Consejo de Ministros autoriza el proyecto y aprueba su presupuesto. Pero a pesar de todas esas bendiciones legales, aquel funicular o ferrocarril aéreo se perdió en algún pliegue del espacio-tiempo y de él nunca más se supo. Un misterio. Como resulta que años después la estación de esquí se construyó lejos de la zona donde debería llegar el funicular y en otra vertiente, la idea del transbordador y el mismo tranvía serrano fueron quedando cada vez más olvidados. Hasta hoy. Recientemente vio la luz un proyecto de funicular que desde la capital llegue a Pradollano, pero parece difícil que vaya a obtener los necesarios beneplácitos por su impacto ambiental. O eso dicen. En cualquier caso, si se llegara a hacer algún día (día muy lejano teniendo en cuenta que en Granada es tradición que las obras de infraestructura duren cuatro veces más que en cualquier otro lugar) nada tendría que ver este nuevo funicular con aquel otro de los cuarenta que no pasó de proyecto.

                La misma desaparición del llorado tranvía de la Sierra en 1974 -no hace falta decirlo- fue un grave error para una economía tan dependiente del turismo como es la granadina. Imaginemos si se hubiesen conservado tranvía y funicular y llegado hasta los tiempos actuales. Su peso en oro valdría su rendimiento turístico, además de prestar un gran servicio a uno de los pilares de la economía provincial como es Sierra Nevada.

Horario del tranvía de la Sierra en los primeros años cuarenta

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