Marcador con el resultado de la primera victoria del Granada Cf en Primera División |
Primera
victoria
Disputadas las cinco
primeras jornadas de la temporada 1941-42, nuestro Granada ocupa el
puesto 11º (de 14) merced a sus dos únicos puntos de sendos
empates, ante el Celta en el debut y ante la R. Sociedad a domicilio.
Por detrás, con un punto, Barcelona, Oviedo y R. Sociedad. Y nada
mejora la situación al diputarse las jornadas seis y siete, que se
saldan con dos nuevas derrotas, aunque previsibles ya que se producen
frente al At. Bilbao, 1-3 en Los Cármenes, y 4-0 en Les Corts,
porque aunque ésta sea la peor temporada culé de su historia, el
sólo nombre del Barcelona y el escenario en el que disputa sus
partidos imponen bastante, y más para un debutante en la categoría.
Así, tras jugarse la jornada siete los rojiblancos son vicecolistas,
empatados con el Oviedo pero con mejor golaveraje general, y aún no
conocen la victoria. Claro, que hay que tener en cuenta que en esas
siete jornadas iniciales ha tenido que enfrentarse con todos los
favoritos. El calendario más propicio que comienza a partir de
ahora se espera que traiga mejores números para los nuestros.
Efectivamente,
gracias a una menor cualificación de los adversarios y cuando
empezaba a cundir el nerviosismo, llega oportunamente la primera
victoria del Granada en máxima categoría. El 16 de noviembre de
1941 se convierte así en otra fecha histórica a recordar. Esa tarde
de domingo, en la jornada ocho y, en Los Cármenes, el Granada venció
4-1 al Coruña. Jugaron: Floro; González, Benítez; Sosa, Bonet,
Sierra; Marín, César, Cholín, Bachiller y Liz. De los cinco
atacantes todos marcaron un gol excepto Marín, si bien el segundo
tanto se puede decir que lo consiguió al alimón con Bachiller.
El Coruña
era, como el Granada, debutante en máxima categoría, pero ni mucho
menos fue una comparsa en esta liga y consiguió acabar cuarto
clasificado. Venía con los veteranos y muy ilustres ex
internacionales Cuqui
Bienzobas, Elícegui y Chacho, con los que se había reforzado para
su debut. Y además jugó también el guardameta Acuña, el mejor de
los gallegos, seguido desde las gradas de Los Cármenes por el
mismísimo seleccionador nacional, Eduardo Teus, quien a pesar de los
cuatro goles encajados haría debutar con la Roja al portero coruñés
sólo un mes después de este partido.
La prensa
gallega y la granadina reconocieron la superioridad rojiblanca y la
justicia del resultado, y también coincidieron en la opinión de que
de no ser por Acuña el tanteador seguramente habría sido aún más
amplio. Fue un completo partido el del Granada en el que brilló
especialmente la línea media. La victoria dio un respiro y supuso
ganar dos puestos en la tabla, dejando por detrás al Barcelona, con
un punto menos, y al Oviedo, con dos.
De poco sirvió el fichaje de José Marín o Marín II |
Ficha
Marín II
Mientras tanto se siguen
buscando refuerzos, y así, después de probar a un sinfín de
futbolistas y de mil tiras y aflojas, ficha el canario José Marín o
Marín II, de alias “el toro”, delantero centro de 23 años que
llega en diciembre procedente del equipo canario del Victoria (uno de
los clubes que años después se fusionarían en la UD Las Palmas) y
hasta ahora sólo ha jugado en categoría regional. Para su fichaje,
un directivo ha viajado a las islas y ha estado más de una semana
espiando a numerosos posibles refuerzos, entre los que ha sonado
Domingo, ariete que esta misma temporada acabará fichando por el At
Aviación. Este Marín II Costó 40.000 ptas. (un dineral en la
época) y fichó por tres temporadas, pero lejos de ser el refuerzo
que se buscaba, no llegaría a alinearse en un partido oficial y en
abril, antes de concluir la temporada en curso, estará de vuelta en
su tierra
Relevo en
la secretaría técnica
El fichaje del canario
Marín II hay que apuntárselo a Ricardo Martín Campos, el
presidente que, sin delegar su cargo, se ha metido también a patrón
de pesca y desde mediados de noviembre viene desempeñando las
funciones de secretario técnico, unas funciones que no le son del
todo desconocidas puesto que ya las había desempeñado en el
Recreativo de antes de la Guerra. Recordemos que Paco Bru fue fichado
a principios de temporada con el doble cargo de entrenador y
secretario técnico, pero a partir de este momento va a quedar
únicamente como entrenador.
Una de las primeras
medidas del presidente-secretario técnico fue la de imponer
sanciones económicas por bajo rendimiento a los futbolistas,
especialmente a los que perdieron 4-0 en el campo del Barcelona, y
establecer medidas de vigilancia sobre la vida fuera de los terrenos
de juego de determinados elementos.
Compatibilizando los
cargos de presidente y secretario técnico estuvo Martín Campos más
de dos meses, hasta que en enero traspasó los trastos de la
secretaría técnica a Paco Cristiá, quien también había ocupado
el cargo en el Recreativo de la República.
Paco Cristiá, muchos años ligado al GCF |
La jornada nueve no
supone continuidad en el buen juego desplegado frente al Coruña y
depara una nueva derrota, 3-0 en el campo del Sevilla, y con ella el
volver a ser vicecolistas, sólo por encima del Barcelona, con un
punto menos.
La mala clasificación
hace que se sigan buscando refuerzos y a finales de noviembre ficha
el Granada a un futbolista llamado a convertirse en leyenda, el
portero húngaro Gyula Alberty. Hacía un mes que había quedado en
libertad al rescindir el contrato que tenía con el Celta y estaba
sin equipo en esos momentos. De él se dijo en un medio nacional que
aunque húngaro de nacimiento era ya más castizo que el Chato de
Lavapiés, por sus años en el Madrid de la República, cuando
desbancó de la titularidad merengue a un Ricardo Zamora cercano a la
retirada, y era famoso por sus acrobacias y sus salidas fuera del
área. Había estado en tratos con el Sevilla y con el Valencia, pero
el Granada con su flamante secretario técnico y presidente Martín
Campos fue más rápido y fichó a este excelente guardameta
ofreciéndole un contrato por un año a razón de 25.000 ptas. y
5.000 más al finalizar la temporada.
Casi
sin tiempo para conocer a sus nuevos compañeros, el recién
incorporado Alberty debutaba como portero del Granada en otra fecha
histórica, la de 30 de noviembre de 1941, histórica no tanto por el
debut del húngaro como por el hecho de que ese día estableció el
Granada un récord todavía vigente: su segunda victoria en máxima
categoría es a día de hoy también su mayor victoria como equipo de
Primera División, 8 a 0 al Oviedo, que además era un rival directo
en la lucha por escapar del descenso. Jugaron luciendo crespón negro
por la muerte de una hermana del presidente Martín Campos: Alberty;
Millán, Benítez; Sosa, Bonet, Sierra; Marín, Trompi, César,
Bachiller y Liz.
Gyula Alberty Kiscelik |
El
quinteto de ataque, el adelante
-en un término muy de la época- de aquel buen equipo (Marín,
Trompi, César, Bachiller y Liz), es el mejor de toda la historia
rojiblanca por su gran poder goleador, pero hasta el momento sólo se
le había podido ver en tres partidos de los ya jugados, los tres de
la primera fase de esta liga, cuando el Granada todavía evidenciaba
falta de acoplamiento. Además, de las tres veces en que se alinearon
juntos, sólo un partido de esos tres se había jugado en Los
Cármenes, el de la derrota ante el Valencia 1-3 de la tercera
jornada. En esta ocasión deleitaron a la concurrencia (escasa por la
mala clasificación) y funcionando a la perfección apabullaron al
Oviedo repartiéndose los ocho goles a razón de dos cada uno Marín,
César y Bachiller, y uno por barba Trompi y Liz. Pero aunque el gran
mérito se lo llevó la delantera, lo mejor de los rojiblancos, como
en el partido contra el Coruña, estuvo realmente en la media,
también recién recompuesta como aquel que dice, porque Sosa, Bonet
y Sierra apenas llevaban dos partidos jugando juntos debido a que
Valentín Sosa se había incorporado con la temporada ya avanzada.
Los
ovetenses tuvieron también sus opciones, pero el debutante Alberty
paró todo lo que le tiraban y fue otro de los triunfadores de la
tarde a pesar de algunos fallos iniciales. Cirre en Patria dice de él
que es muy ágil y sobre todo, que se trata de un «guardameta de
cartel».
Crónica de Ideal del Granada 8 Oviedo 0 |
Mejor
racha de la temporada
Tras
cosechar una nueva derrota, en Castellón, 3-2, a mediados de
diciembre sólo quedan dos partidos para concluir la primera vuelta
en esta corta liga de Primera formada por sólo catorce conjuntos. En
la primera de las citas el Granada vuelve a deleitar a sus hinchas
con otro palizón, ahora sobre el Hércules, 7-2, que en esta
temporada se hacía llamar Alicante y era otro rival directo en la
lucha por huir del descenso. A pesar del escardón, dice José
Cirre en Patria que nuestros delanteros no ligaron juego. En esta
ocasión el único del quinteto atacante que se quedó sin mojar fue
Liz, mientras que César consiguió tres (y ya llevaba 10), Marín
dos y Trompi y Bachiller uno cada uno. El portero del Alicante era
Pérez, a quien veremos defendiendo la portería rojiblanca esta
misma temporada, a partir de abril, y también la siguiente; Pérez
se lesionó antes de la media hora de partido, con 3-0 en el marcador
y hubo de ser sustituido por su compañero Tatono, medio izquierdo,
pues por entonces no se permitía cambiar ni a un portero lesionado.
Vinieron a continuación
dos empates a domicilio: 1-1 en Can Rabia (Sarriá), muy meritorio
pues el Español marchaba el tercero, en el último partido de la
primera vuelta; y en Balaídos 3-3, ante el también gallito Celta,
donde se desperdició una renta de 0-2 y Liz falló un penalti a poco
del final; todo completado con una nueva victoria, 3-1 en Los
Cármenes frente al R. Madrid, que supuso la mejor racha de toda la
temporada, cuatro partidos seguidos sin perder, que llevaron al
equipo hasta el puesto 11º de la clasificación aunque todavía sin
poder respirar a salvo pero a dos puntos de los puestos de descenso
directo que ocupaban R. Sociedad y Barcelona.
Luis Marín marcando el 3-0 al Alicante, cuya portería defendía Pérez |
Victoria
sobre el R. Madrid
El
Madrid siempre ha sido el Madrid, aunque todavía estaba lejos de
convertirse en lo que fue a partir de los años cincuenta, cuando
empezó a ganar ligas españolas y copas de Europa como si nada. Pero
su venida a Granada por primera vez en partido oficial puso
larguísimas colas en la sede del club en Recogidas.
Jugaron por el Madrid:
Marzá; Olivares, Mardones; Huete, Ipiña, Lecue; Alsúa, Alonso,
Alday, Bélmar y Botella. Y por el Granada: Alberty; Millán,
Alejandro; Sosa, Bonet, Sierra; Gárate, Trompi, César, Bachiller y
Liz.
Y sucedió que el
Madrid, igual que el Barcelona, en su primera visita oficial a
Granada salió derrotado. En una tarde magnífica de fútbol, con Los
Cármenes a rebosar y con actuaciones sobresalientes de Alberty,
Millán, Liz y César, el Granada derrochando entusiasmo anuló «el
juego matemático, medido y desconcertante del Madrid» (Fernández
de Burgos en Ideal). Los blancos aspiraban al campeonato y fueron
mejores técnicamente que los nuestros, pero los rojiblancos hicieron
un partido serio y se impusieron 3-1 a base de correr más y no
perder la concentración.
La alineación del Granada que derrotó 3-1 al R. Madrid en una colección de cromos |
En
la misma página de Ideal de 7 de diciembre en la que se informa del
partido que esa tarde juega el Granada en Castellón, aparece la
noticia breve de que cinco delincuentes resultaron muertos y otro más
herido al tirotearse con la fuerza pública en el Molinillo, término
de Huétor-Santillán, y a continuación aparecen relacionados los
nombres y alias de los seis, todos de la zona de Guadix.
Esto
ya no lo decía Ideal en su escueta nota pero sabemos que se trataba
de una partida de huidos al monte, de maquis, de las de aquellos
primeros años cuarenta en que tanto proliferaron por todas las
sierras granadinas. Por las distintas obras que se han ocupado del
fenómeno guerrillero de posguerra en Granada sabemos que los seis
venían huyendo desde Benalúa de Guadix, donde pocos días antes
habían mantenido un enfrentamiento con la fuerza pública. Un
chivatazo había llevado a la Guardia Civil a la cueva en el
Molinillo donde se escondían y allí fueron rodeados y abatidos
excepto uno, herido, que se entregó y dos más, que lograron
escapar. Algunos habían pertenecido antes a la partida del famoso
Yatero.
El palacete de los Muller en la Gran Vía hacia 1920 |
Nueva
sede del Gobierno Civil
A
principios de diciembre de 1941 y por el precio de 1.500.000 pesetas,
incluyendo gran parte de los muebles que en él se encuentran, el
Estado compra a la familia Muller el palacete de su propiedad ubicado
en la Gran Vía y construido entre 1913 y 1916. Su destino será
servir de sede del Gobierno Civil de la provincia, abandonando así
el vetusto caserón que venía ocupando en la calle Duquesa, que
servirá a su vez para ampliar las instalaciones de la Universidad.
Por
la noticia que publica Ideal sabemos que en su día costó 800.000
ptas. y tuvo como primer propietario a Manuel González de la Cámara,
y el arquitecto responsable de su construcción fue Ángel Casas
Vílchez. Se trata de una singular construcción en un estilo
ecléctico, pero sin duda alguna muy digna de conservarse por lo que
de representativo de una época granadina tiene. De no haber sido
adquirida por el Estado es muy posible que desde hace tiempo no
existiera, como desgraciadamente sucedió con otras fincas granadinas
similares hoy desaparecidas. No llegó a alcanzar esa categoría tan
castiza y popular de “casa del miedo”, más bien reservada
en Granada para inmuebles con fama de ser contenedores de sucesos
paranormales o ultratumbanos, pero también tiene este palacio su
propia leyenda negra según la cual quienes lo poseen atraen sobre
sí la mala suerte, y así se habla de algún suicidio entre sus
paredes.
En
un mes se espera que entre en funcionamiento, pero su ocupante ya no
va a ser Antonio Gallego Burín, quien recientemente ha cesado como
gobernador civil de Granada, un cargo en el que parece que no se
encontraba muy a sus anchas, y ha vuelto a ocupar la alcaldía de la
ciudad, vacante desde la muerte de Rafael Acosta Inglott, algo
bastante más de su agrado y que le permitirá continuar con su labor
de reforma y embellecimiento de Granada. Su sustituto en el Gobierno
Civil es Manuel Pizarro Cenjor, general de la Guardia Civil, traído
para intensificar la lucha contra la guerrilla antifranquista.
Luis Seco de Lucena Escalada retratado por Gabriel Morcillo |
Seco de
Lucena
El
22 de diciembre de 1941 moría a la edad de 85 años Luis Seco de
Lucena Escalada. Era natural de Tarifa, pero llevaba viviendo en
Granada más de sesenta años y había sido nombrado oficialmente
hijo adoptivo de nuestra ciudad. A Granada llegó en 1876 y en 1880
fundó El Defensor de Granada, periódico del que fue director
y propietario hasta 1915, el diario más popular durante muchísimos
años y que en 1936 fue clausurado por los militares sublevados.
Desde las páginas del Defensor, Seco de Lucena impulsó con
vehemencia campañas de concienciación y propaganda que podían
redundar en beneficio de la ciudad y sus pobladores y en ese sentido
es de destacar su papel de difusor a nivel nacional del gran desastre
que supuso el terremoto de la navidad de 1884, con epicentro en
Arenas del Rey, que sirvió para allegar ayudas a sus muchísimas
víctimas y gracias a su labor se evitaron más sufrimientos a la
población de la comarca. Además era autor de numerosas obras
divulgativas sobre Granada y sus monumentos, y ostentó el título de
“Vulgarizador de la Alhambra”, que le fue otorgado por Eduardo
Dato en 1918, cuando éste era presidente del Consejo de Ministros (o
sea, primer ministro o Jefe del Gobierno), para dar a conocer el
monumento a la población menos ilustrada -el vulgo- mediante
publicaciones fácilmente asequibles por su precio y exposición y
mediante charlas y conferencias y otras iniciativas.
Entre todas sus
publicaciones merece destacarse la última puesta al papel, que llevó
por título Mis memorias de Granada. Es casi su testamento
literario puesto que se publicó apenas una semana antes de su
muerte. Se trata de un sabroso y muy ameno libro para quienes se
interesan por todo lo granadino donde se retratan estampas y
costumbres, muchas de ellas desaparecidas con el siglo XIX, y donde
relata Seco cómo vivió en primera persona determinados
acontecimientos importantes en la historia de la ciudad: el derribo
de la puerta de Bib-Rambla, los terremotos de 1884-85, la epidemia de
cólera de 1885 que mató a varios miles de paisanos, la coronación
de Zorrilla como Poeta Nacional (que fue idea suya) en el Corpus de
1889, o lo que significó la conmemoración del cuarto centenario del
descubrimiento de América y el desaire de la Familia Real hacia la
ciudad de Granada, a la que dejaron compuesta y sin su presencia,
provocando al conocerse la noticia de su no comparecencia un motín
en el que ardieron los varios arcos de triunfo levantados ex profeso
por toda la ciudad para darles la bienvenida, amén de la tribuna
erigida en el Salón para ser ocupada por Dª. Mª. Cristina junto a
su hijo de seis años, el Rey Alfonso XIII, y su hija mayor, Dª. Mª.
de las Mercedes, Princesa de Asturias, en la inauguración del
monumento a Isabel la Católica y Colón de Benlliure, monumento que
fue inaugurado sin solemnidad de ningún tipo y a las bravas, esto
es, por el procedimiento de descorrer a tirones los lienzos que lo
cubrían.
Arco de triunfo, ejemplo de arquitectura efímera, levantado en 1892 a la entrada de la Carrera del Genil para dar la bienvenida a la Familia Real |
La parte más extensa de
Mis memorias de Granada y su razón de ser es la que se ocupa
de lo que Seco de Lucena llama el “Entresuelo” de Granada.
Textualmente: «Dicen muchos granadinos que […] si bien es
cierto que Granada posee un cielo luminoso y azul de brillantez
incomparable y un suelo fecundo y embellecido por indescriptibles
panoramas y matizado de flores y monumentos de gran mérito artístico
y espléndida hermosura, el entresuelo, o sea, la masa de población
que ellos mismos constituyen, no puede ser más detestable». El
entresuelo de Granada a que se refiere Seco no es otra cosa que sus
gentes, los granadinos de nacimiento o adopción que destacaron
antaño u hogaño en alguna actividad artística, literaria,
profesional, política o económica, tratando así de desmontar ese
lugar común según el cual los que pueblan este lugar a la vera de
la Penibética no estarían a la altura de tanta maravilla como les
rodea. Por otra parte, como Mis memorias de Granada se
escribió en 1940, hay algunas sangrantes ausencias en esa relación
de notables granadinos por estar los omitidos afectados de malditismo
en aquellos azules e intolerantes años. Por ejemplo, no hay
en el libro mención alguna, ni siquiera una cita a pie de página,
en la que aparezca el nombre de Federico García Lorca ni tampoco el
de Manuel de Falla.
Como
ocurrió en los entierros de otros próceres, el gobernador civil
autorizó que la conducción del cadáver de Seco de Lucena se
hiciera a través de los bosques de la Alhambra, requisito
indispensable sin el cual cualquier entierro tenía obligatoriamente
que discurrir subiendo bien por la cuesta de los Chinos (del Rey
Chico) o bien por el Camino Nuevo del Cementerio (Barranco del
Abogado). Toda Granada acudió a despedirlo, con las autoridades al
frente y con la guardia municipal en traje de gala. La comitiva
partió de la plaza del Campillo, donde estaba la sede de la
Asociación de la Prensa, cuyos locales sirvieron de capilla
ardiente.
Portada de Mis memorias de Granada |
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