El gran Cholín cabecea el 2-1 batiendo a Espinosa en el amistoso Granada 3 R Madrid 2
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Amistosos
A
mediados de abril de 1941, una vez jugada al completo la exitosa liguilla que
dio el ascenso a máxima categoría, continúan los ágapes y los homenajes al
equipo por haber logrado el ascenso, ahora ofrecidos por la Asociación de la
Prensa, la Real Sociedad de Tenis y otros. Y entre las numerosas cuchipandas a
que asistieron los rojiblancos es de destacar el vino de honor del lunes
siguiente al partido frente al Coruña, cuando jugadores, técnico y directivos
del Granada fueron recibidos de forma oficial en los salones del Ayuntamiento
por las fuerzas vivas locales y provinciales, y en el que el alcalde,
Rafael Acosta Inglott, hizo entrega a González, como capitán del equipo, de una
copa donada por el Municipio.
No
obstante, la temporada oficial no ha terminado, falta jugar la Copa del
Generalísimo, pero para eso todavía tendrá que transcurrir un mes. Hay por
tanto que organizar algún partido amistoso para que no decaiga la afición y de
camino aprovechar el buen ambiente futbolero que procure ingresos. Así, a la
semana siguiente de la visita del Coruña que puso fin a la liguilla, se
programa un amistoso por todo lo alto, contra el R. Madrid. Es la tercera vez
que el Madrid va a jugar en Granada, con un antecedente de antes de la guerra y
el otro de la temporada pasada.
El
domingo 20 de abril el Granada ganó 3-2 a un R. Madrid que acababa de completar
una mediocre liga en la que con Paco Bru en el banquillo había acabado sexto
(de 12). En Granada presentó el Madrid un once reserva y con algunos
jugadores a prueba, como un tal Judas,
una prueba muy poco satisfactoria por lo que se ve ya que sólo disputó los diez
primeros minutos de la segunda parte, volviendo a salir el titular Alday, a
quien había sustituido en el descanso. Por su parte, en el Granada se alineó
por última vez Jesús Osorio (Osorio IV), futbolista granadino que perteneció al
Recreativo de antes y después de la guerra y que estaba en la mili y había
aprovechado un permiso. No se llenó Los Cármenes aunque hubo una buena entrada.
Los mayores elogios en las crónicas se los lleva César del que se puede decir
que era la primera vez que el granadinismo podía verlo a satisfacción porque,
aunque jugó en el último de liguilla, frente al Coruña, aquel partido de los
rojiblancos fue muy atípico por flojo. César marcó dos de los goles y Cholín el
otro.
Homenaje de la Asociación de la Prensa por el ascenso |
Al domingo
siguiente hubo devolución de visita., Por primera vez comparecía el Granada en
Chamartín, que se llenó a pesar de la lluvia y el frío, y en ese escenario
consiguieron los rojiblancos un meritorio empate a dos goles, ahora jugando
contra los titulares merengues. Las crónicas madrileñas hablaron muy bien del
nuevo primerdivisionista -al que continúan llamando Recreativo-, en especial
del ala izquierda que formaban Bachiller y Liz, de los que algún medio dijo que
parecían tener medio balón cada uno.
Y al siguiente
domingo nuevo amistoso, esta vez frente al Sevilla en Nervión, con derrota 6-3.
A pesar del resultado, los rojiblancos hicieron un buen partido y llegaron a ir
por delante en el marcador, y eso que jugó medio equipo reserva, entre ellos el
portero a prueba Rico, que salió en la segunda parte sustituyendo a Floro y
encajó cuatro de los goles de los Stukas
y mereció muy malas críticas.
Con el
paréntesis de la única eliminatoria de Copa en la que el Granada participó, más
amistosos se celebraron. En el campo de Bardín, sede del Hércules, por entonces
equipo de Primera y que acababa de cambiar su nombre por el de Alicante CF, al
que derrotó 4-7 el jueves 22 de mayo, con cuatro goles de César y remontando un
3-0 en contra. Al domingo siguiente, día 25, nuevo amistoso, ahora en
Cartagena, de Segunda, y nueva victoria 1-2, con otros dos goles de César.
César fue el gran triunfador de toda esta serie de amistosos y en seguida
empezaron a circular los rumores de que varios equipos lo pretendían, surgiendo
la duda de si nos lo prestaría el Barcelona otra temporada.
Sosa, Maside, Bonet, Millán, Bachiller y Liz; César, Trompi, Floro, Cholín y González en
Chamartín, en la devolución de visita, donde el Granada empató a dos goles
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Copa del Generalísimo
Casi un mes
después de terminar la liguilla de ascenso, el 11 de mayo, llega la Copa, pero
en esta competición no va repetir triunfos nuestro equipo, que sólo disputará
una ronda. El Granada encara su primera eliminatoria cuando la competición está
ya en VIII. El Levante es el rival, equipo del mismo grupo sur en la liga de
segunda recién terminada.
La ida fue en
el campo valenciano de Vallejo. El Granada ganaba 1-2 pero salió derrotado 3-2.
La vuelta se jugó una semana después y pese a que los nuestros eran favoritos y
a que se habían recluido los días previos en una fonda de la Alhambra, quedaron
eliminados ya que el partido acabó en empate a un gol, perdiendo así los
rojiblancos las 500 ptas. por barba prometidas por la directiva si eliminaban
al Levante. Lo más destacable fue el gol del Granada con el que se adelantó en
la primera parte, conseguido por Millán, el primero de su carrera, con un
despeje desde el centro del campo que salió bombeado y acabó dentro de la
portería levantina. Un gol más de suerte que otra cosa, la misma suerte que
faltó en los varios tiros al poste y oportunidades claras falladas por los
rojiblancos, que abundaron según las crónicas y que hubieran servido para al
menos forzar un desempate.
Tira de Maolico Hincha sobre el partido frente al Levante |
Se va Victoriano
Santos. Nueva directiva
Nada más
terminar la temporada oficial con la eliminación en Copa, se confirma la
noticia que hasta ese momento había circulado como rumor: Victoriano Santos, el
míster que en su primer ejercicio como tal ha conseguido el muy importante
triunfo que supone el ascenso a Primera del Granada, no va a continuar como
entrenador en el debut en máxima categoría de nuestro equipo. De las causas de
su no continuidad no informa la prensa, que se muestra sorprendida por su
marcha. Su sustituto como entrenador-jugador hasta el final de temporada será
el medio centro Antonio Bonet, y para el equipo amateur se nombra al directivo
vicesecretario Enrique Juristo Zabala.
Unos
días antes ha tenido lugar una profunda remodelación de la junta directiva, que
seguirá presidida por Ricardo Martín Campos y tendrá como vice a José Muro
Sáenz. Lo más destacable es que se establece una llamada comisión permanente
ejecutiva, integrada por doce miembros y con la misión de planificar toda la
parcela deportiva y las reformas de Los Cármenes que se van a acometer en
breve. Su primera decisión es precisamente acordar el cese del míster Santos.
Aparte de esta comisión permanente, se nombra a los componentes de lo que
llaman el pleno de la Junta, donde se integran otros veinte nombres más.
Victoriano Santos en sus tiempos de volante del At. Madrid |
El equipo amateur
En 1941
faltaban varios años para que se creara un club filial federado, pero ya
existía un equipo amateur o juvenil (también llamado Granada B), formado por
jóvenes granadinos. Nombres de los que
lo integraron esta temporada: Sierra,
Rivas, Carmona III, Román, Maxi, Martínez, Ríos, Chamorro, Angelito, Moleón,
Sevilla I, Sevilla II, Carrillo, Armín, Vílchez, Checa, Díaz, Miguelín, Fattore.
Algunos ya habían formado parte de aquel equipo infantil de los primeros años
de existencia del club y que era popularmente conocido como “diablillos rojos”.
De todos ellos sólo Carmona III (Antonio Carmona Ros) y Maxi llegaron a
alinearse esta temporada en el primer equipo en un partido oficial.
En el llamado campeonato
de tercera categoría, o torneo no
federados, de carácter no oficial y ámbito por entero local o de pueblos
cercanos, que organizaba el diario Patria y cuyos partidos se jugaban todos en
Los Cármenes, a menudo con buenas entradas, participó esta temporada este
equipo amateur del Granada, que dirigía Juristo. El filial rojiblanco se
clasificó para semifinales al endosarle un 12-0 al Calavera de Maracena, y pasó
a la final con un 8-0 al Churriana. Era claramente el favorito para proclamarse
campeón y la directiva les había ofrecido una prima por conseguirlo, pero
contra todo pronóstico cayó derrotado 1-0 en la final por el Imperio, un equipo
-ya desaparecido- de la capital y que nada tiene que ver con el del mismo
nombre que existió muchos años en Albolote.
La nueva directiva del Granada CF |
Partidos de Corpus
A
mediados de junio Granada está en Corpus y este año volverán a celebrarse
partidos de fútbol como parte del programa de festejos. Antiguamente a estos
partidos se les llamaba “Copa Granada”, porque alguna casa comercial o el
propio Ayuntamiento donaban un trofeo para el que resultara vencedor, en
precedente del que a partir de los años setenta se conoció como Trofeo Granada.
Este año no hay copa para el vencedor, pero la corporación municipal no ha
reparado en gastos. Vienen nada menos que el Barcelona y el Sevilla, cuarto y
quinto de Primera en la liga recién terminada, que se enfrentarán al Granada respectivamente
viernes y sábado primeros de feria (porque por entonces el Corpus duraba 12
días). Ambos partidos tendrán como aperitivo las semifinales del campeonato de
tercera que organiza y patrocina el diario Patria y que disputarán los equipos Granada
B contra Churriana y Aviación contra Imperio.
El
primer partido acabó Granada 1 Barcelona 1. A pesar de tratarse de todo un
Barcelona que además compareció con todos sus titulares, el campo no se llenó,
seguramente por causa del tremendo calor reinante, y el partido resultó muy
aburrido, con mucho peloteo insulso, un término muy en boga por
entonces. Zubeldia ya no trabajaba en Patria porque se había trasladado a
Barcelona, por lo que la crónica la firma “C.”, José Cirre, hasta entonces
dedicado a otros menesteres periodísticos alejados de la información futbolera.
Cirre dice del equipo culé que no le gustó nada y, con gran clarividencia,
añade que si no introduce modificaciones en sus líneas se verá desbordado
fácilmente en la próxima liga. Efectivamente, la siguiente liga, la 41-42, es
la peor de la historia barcelonista, y en ella el Barcelona salvó la categoría
en la promoción.
Programa del Corpus 1941 |
El segundo
partido de Corpus resultó todo lo contrario del anterior y nadie se
aburrió. Fue un encuentro magnífico que
ganó el Granada 2-1 a un Sevilla que actuó con algunos de sus titulares, entre
ellos los stukas López, Pepillo y
Berrocal. En el Granada se lesionó Floro y lo sustituyó Sierra, “Melenas” de
alias, portero de la cantera que acababa de jugar un partido con el amateur y
fue uno de los destacados. También actuó de rojiblanco la segunda parte el
veterano defensa del Atlético Aviación Alejandro (que jugaba con boinilla), que
había venido con el Barcelona y se quedó en Granada a pasar unos días, y que
acabaría fichando para la siguiente temporada.
Paco Bru muevo entrenador
La última
noticia futbolera de esta triunfal temporada es el palizón encajado por el
Granada en el amistoso, devolución de visita, celebrado en Barcelona el 29 de
junio de 1941. En Les Corts los nuestros salieron amplísimamente goleados 8-2
por el Barça en un partido en que Floro se lesionó en la primera mitad y al no
haber suplente se tuvo que poner González, al que le hicieron seis del total. Además,
faltaban Millán, César, Bachiller y Cholín. En las gradas estuvo presenciando
el partido Paco Bru, que acababa de fichar como entrenador y secretario técnico
para el debut en Primera División. Ha firmado por dos temporadas a razón de
25.000 ptas. de ficha y 1.500 de sueldo mensual por su doble labor.
Muere Rafael Acosta
Inglott
El 30 de junio
de 1941, al día siguiente a la estrepitosa derrota 8-2 del Granada CF en un
amistoso en Barcelona, moría el alcalde, Rafael Acosta Inglott, el único de
todos los regidores de la plaza del Carmen que ha fallecido en pleno mandato,
según José Luis Entrala en su serie de Ideal de 1989 sobre los alcaldes
granadinos. Había sido nombrado en octubre de 1940, así que sólo ocupó el cargo
unos ocho meses. Era canario de nacimiento aunque había vivido en Granada la
mayor parte de su vida. Tenía 52 años.
En las listas (concretamente
en la 11ª) que en 1934 se publicaban en la prensa local, donde aparecían con
nombre y apellidos los suscriptores de aquellos bonos que el Granada CF puso en
circulación pulsando la generosidad de los granadinos para que con sus
aportaciones pudiera sufragarse lo que costaba construir el campo de Los
Cármenes, había aparecido Acosta como aportador de la muy generosa cantidad
para la época de 100 ptas. Que se sepa, no era muy futbolero don Rafael pero,
aparte de ese óbolo de veinte duros a favor del Granada CF en 1934, también
tiene un lugar en la historia rojiblanca porque en su corto mandato como
alcalde le cupo el doble honor de recibir en el Ayuntamiento al equipo que
volvía triunfante de Castellón más el de entregar al capitán González la copa
donada por el municipio al club por haber conseguido ascender a Primera
División.
Murió repentinamente
víctima de una enfermedad muy de la época, el piojo verde o tifus exantemático del que, al parecer, se había
contagiado visitando como alcalde a unos enfermos en unas cuevas del Barranco
del Abogado. Entrala nos cuenta cómo había presidido la procesión del Corpus
con toda su corporación bajo mazas, pero sólo una semana después no podía
figurar en la procesión de la Octava porque para entonces ya se debatía entre
la vida y la muerte. La causa de su muerte según la noticia de Ideal fue “una
rápida enfermedad”, y es que la censura ponía reparos al simple hecho de nombrar
esa enfermedad maldita, el tifus exantemático, auténtica epidemia de aquellos
años de miserias.
Rafael Acosta Inglott en una foto aparecida en 1929 en la revista Reflejos |
El entierro
constituyó una gran manifestación que partió desde el monumento a Colón e
Isabel la Católica, por entonces a la entrada del Salón, y con la banda
municipal interpretando marchas fúnebres. Por decisión del gobernador civil,
Antonio Gallego Burín, su predecesor en el cargo, la conducción del cadáver se
hizo a través de los bosques de la Alhambra, privilegio que sólo se concedía
por entonces a destacadas personalidades. Como alcalde interino quedó el
teniente de alcalde José Méndez Rodríguez-Acosta. Meses después Antonio Gallego
Burín volvió a ser alcalde de Granada.
Mientras, en
Granada y en toda España iban engrosándose las listas de los voluntarios que
pronto marcharían a las estepas rusas «a
combatir el comunismo y a vengar a sus camaradas muertos por los rojos», informa la prensa. Unos 47.000
voluntarios formaron la que se llamó División Azul. Y es que la Segunda Guerra
Mundial seguía su curso y acababan de suceder hechos históricos decisivos para
su posterior desenlace, aunque en ese momento no fuera la población consciente
de esa relevancia. Afortunadamente la guerra quedaba lejos de estos predios,
pero la prensa local a diario informaba de todo sin ocultar sus claras simpatías
por el Eje y su, hasta ese momento, imparable trayectoria. Estaban muy
recientes el vuelo de Rudolf Hess a Escocia y el hundimiento del acorazado
Bismarck en su primera misión bélica. Y tan sólo unos días antes había
comenzado la operación Barbarroja, la invasión alemana de Rusia. Estaba empezando
el ocaso del III Reich, aunque Ideal y Patria en esos momentos no dudaban de
que la aventura alemana en Rusia sería otro paseo militar para la Wehrmacht.
Cartel propagandístico de la División Azul |
Epidemia
Las
enfermedades infecto-contagiosas y la lucha contra sus consecuencias están a la
orden del día en la España de la primera posguerra, sumida en la miseria y sin
apenas medios para combatirlas. En los tres primeros años posteriores a la
Guerra Civil, según algunos estudios sanitarios, del número total de muertes
ocurridas en nuestro país más del 35% se deberían a enfermedades infecciosas.
Los estómagos vacíos y la falta de salubridad de viviendas y ciudades facilitan
su propagación, además, lo mismo que otros artículos de primera necesidad,
falta el jabón que remedie la costra de mugre que campa a sus anchas por
doquier.
De esas
enfermedades infecciosas, en especial preocupa el tifus exantemático o piojo verde, que lo transmite un
parásito y es muy contagioso. El piojo verde, también conocido como tabardillo (que cuentan que ya se cobró
no menos de 15.000 vidas entre los
sitiadores de Granada al mando de los Reyes Católicos, seis veces más que los
venablos morunos) causa estragos entre la población y adquiere caracteres de
auténtica epidemia, aunque claro, en la próspera y feliz España de Franco que
pintan los controlados medios informativos no pasan esas cosas propias de la
España enferma, débil y sucia recién
derrotada, por lo que no se puede ni nombrar, no ya la palabra epidemia,
tampoco los términos tifus y mucho menos piojo. Pero lo cierto es que la gente,
especialmente en Granada y otros lugares de España, se muere a chorros de esta
terrible infección que es conocida como la enfermedad de los pobres, y pobres
son la mayoría de los contagiados, pero que tampoco respeta categorías sociales
y el ejemplo más cercano lo vemos en la muerte del alcalde Acosta Inglott,
víctima del tifus exantemático en junio de 1941. El hambre, el gasógeno, las
cartillas de racionamiento, el estraperlo y el piojo verde son iconos de
aquella negra época, todos ellos dan triste nombre a unos años llenos de
calamidades, sobre todo para el pueblo llano.
¿Qué hacían
las autoridades para luchar contra la epidemia? Poco podían hacer ante la
escasez de medicamentos y hasta de jabón. Era una máxima del régimen
nacionalsindicalista la de quitar de la circulación a los elementos dañinos y
pervertidos, envenenados política y moralmente, porque representaban un peligro
de contagio para todos, y así, repletas de no adeptos al nuevo régimen, estaban
las cárceles. Tomando al pie de la letra este principio, pero aplicándolo a la
sanidad, se optó por la mano dura contra los posibles agentes transmisores del
maldito parásito, que, por lo visto, saltaba de las costuras de unas ropas a
las del vecino con sólo cruzarse con él o con mirarlo.
El piojo verde |
En ese
contexto se inscribe el bando que con fecha 23 de julio de 1941 publicaban los
diarios locales, dictado por el gobernador civil de la provincia, camarada
Gallego Burín, que refuerza otro anterior de 1 de abril del mismo año contra la
mendicidad (el peligro que para la higiene representa «…la presencia y circulación continuada, por la población y provincia, de
vagos, gitanos y mendigos, en su mayor parte parasitarios…») y contra
cualquier persona que colaborara o facilitara su desarrollo. Son una serie de medidas
coercitivas motivadas por razones de índole sanitaria, según expone, y que, en
vista de la relajación que se viene observando en el cumplimiento de lo ya
dispuesto en el bando anterior, se adoptan ahora de forma más radical. En todo
el bando, que consta de ocho puntos, no se mencionan las palabras epidemia,
tifus ni piojo. Dispone su punto 1º: «Total
eliminación de mendigos, vagos y niños [sic] de calles, cafés, iglesias y establecimientos públicos, que una vez
recogidos serán clasificados en el centro de concentración establecido al
efecto, y desinfectados y desparasitados se reintegrarán a su lugar de
procedencia». También establece el bando la obligatoriedad de la
desinfección rigurosa de tranvías y autobuses, en los que se prohíben las
aglomeraciones. Los locales de espectáculos y cines deberán ser desinfectados
regularmente, y en los intermedios
refrescarse con pulverizaciones de líquidos desinfectantes y
desodorantes, y además se ordena la retirada de toda clase de cortinajes de
estos locales. También se ordena la desaparición de maleteros y vagabundos en
las paradas de tranvía y autobús, el blanqueo obligatorio de casas y cuevas que
lo necesiten y la clausura absoluta «de cuevas y albergues existentes en los
alrededores de la ciudad (río Beiro, San Miguel, etcétera, etcétera)». Para
el cumplimiento de lo dispuesto se va a crear una brigada especial de
vigilancia. Los infractores serán severamente sancionados.
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