La Alsina que trae al Granada CF con el ascenso, en la Gran Vía, a la altura de la casa del Americano |
La primera
página de Patria de 8 de abril de 1941 la ocupan distintas noticias
acerca de la marcha de la II Guerra Mundial: los alemanes extienden
su ocupación europea ahora a través de los Balcanes, un paseo
militar para el III Reich; se espera que Turquía permanezca neutral;
el gobierno yugoslavo abandona Belgrado; soldados croatas se pasan de
bando. Y en el ángulo inferior derecho aparece el “Héroe del
Alcázar”, general Moscardó, de visita oficial en Granada, que
presidió el domingo (Domingo de Ramos) la procesión de la Santa
Cena.
La tarde del domingo 06/04/41 el gentío sigue el resultado de Castellón en la Plaza del Carmen |
El partido de Castellón
se jugó el 6 de abril de 1941, cuando se cumplían justos y redondos
diez años desde la fundación del club, y fue otro encuentro bronco
a más no poder en el que el Granada consiguió una nueva victoria,
0-1, gol de César al filo del descanso, que valía el ascenso a
Primera División. Fue una victoria épica, muy trabajada y sufrida
ya que el Granada jugó gran parte de la segunda mitad con sólo ocho
efectivos frente a diez, por expulsión de Liz y lesión de Mesa y
Martínez, convertidos en figura decorativa y situados en ambos
extremos, que era donde solían acabar jugando los lesionados en
tiempos en que no estaban permitidas las sustituciones.
Floro; Millán, González; Maside, Bonet, Mesa; Trompi, César, Martínez, Bachiller y Liz, el once del Granada que venció 0-1 en Castellón y consiguió el primer ascenso a primera rojiblanco |
Todo son felicitaciones
para los nuevos primerdivisionistas. Después de jugadas cinco
jornadas de la liguilla, el Granada es campeón pase lo que pase en
el partido que falta porque sus cuatro victorias y una derrota lo
colocan cuatro puntos por encima de los otros tres equipos, todos
empatados a cuatro por haber conseguido dos victorias y tres
derrotas. Los dos diarios granadinos realizan un gran despliegue e
informan ampliamente del gran triunfo granadinista, e invitan a toda
la población para que acuda al recibimiento, que ya se programa para
que resulte brillante, y que tendrá lugar mañana, miércoles 9 de
abril por la tarde.
El “camarada” Martín Campos convoca a la ciudad a recibir a los rojiblancos como se merecen |
Toda
Granada salió a la calle
Nuevo
despliegue informativo y gráfico de los dos diarios al día
siguiente con todos los momentos del recibimiento y los muchos actos
con que fueron homenajeados. La expedición granadinista con el
delegado Juan Gómez Muros al frente y con equipiers, míster,
plumillas y masajista, en un moderno ómnibus salieron el 9 de
Córdoba, donde habían pernoctado, a las 7 de la mañana, con parada
y agasajo en Cabra y Rute, repetidos después en Loja, y así hasta
Santa Fe, donde llegaron a las dos y media de la tarde y fueron
recibidos con cohetería y banda de música, saludando desde el
balcón municipal. En Santa Fe eran esperados por las primeras
autoridades locales y provinciales desplazadas, al frente de ellas
Gallego Burín, gobernador civil, junto con Acosta Inglott, alcalde
de Granada, Sola Rodríguez-Bolívar, presidente de la diputación,
además de Martín Campos y toda la directiva y también varios miles
de hinchas desplazados en tranvía y vehículos particulares.
El autobús rojiblanco en Santa Fe |
En Santa Fe se procedió
al cambio de autobús, pasando a ocupar uno mandado ex profeso desde
la capital, de la empresa Alsina Graells, adornado con el escudo de
Granada confeccionado con flores y con guirnaldas de laurel, y sobre
la baca la palabra CAMPEONES en grandes caracteres, continuando
después a Granada seguidos de una gran caravana de automóviles para
llegar pasadas las tres de la tarde.
Era
el cuarto ascenso de la historia del club en sus redondos diez años
de existencia, pero éste fue el primero que se celebró por todo lo
alto. Los anteriores, todos de antes de la guerra, apenas tuvieron
repercusión entre la población no futbolera de la ciudad. Aquellos
fueron ascensos modestos, pero el recién logrado era a la máxima
categoría y además llegaba en una época en la que la ciudad y el
país estaban deseosos de entretenimientos que hicieran olvidar las
calamidades recientemente padecidas. Por eso toda la ciudad,
aficionados al fútbol o no, se lanzó a las calles y desde el
Triunfo hasta la plaza del Carmen fueron varias decenas de miles de
personas las que aclamaron a los rojiblancos, abriendo la marcha
guardias municipales de gala a caballo y la banda municipal.
La alsina llegando a la plaza del Carmen |
Desde
el balcón del Ayuntamiento hablaron a la gran multitud varios de los
protagonistas de la gesta más el alcalde Acosta Inglott, y el acto
se cerró con la interpretación por el tenor Vidal y la banda
municipal desde los micrófonos instalados, del himno Campeón,
de Mejías, que sólo unos días antes había sido modificado en su
letra suprimiendo aquello de Recreativo de Granada ¡Campeón!
e introduciendo otros versos: Los colores rojiblancos ya lo son, y
también aquello otro de Noble equipo de Granada ¡Campeón!
Ya en la tarde-noche, la jornada triunfal concluyó con una visita y
agasajo a toda la expedición en los talleres y oficinas del diario
Patria.
No cabe un alfiler en la plaza del Carmen |
Bronca
final
Las
celebraciones y francachelas por el ascenso continuaron durante toda
la semana y nuevos actos de homenaje estaban programados para la
siguiente, la ocasión lo merecía y no se dio importancia al partido
que faltaba por jugarse, puro trámite afortunadamente para los
rojiblancos, con la visita del Coruña que, como los otros dos
equipos, todavía podía conseguir plaza de ascenso directo como
subcampeón.
El
partido contra el Coruña se jugó el domingo 13 de abril en Los
Cármenes, nuevamente abarrotado y convertido al principio en una
pura fiesta. La prensa local había publicado los días previos la
nueva letra del himno a fin de que todos se la supieran y así
sirviera para animar a la muchachada rojiblanca. Antes de iniciarse
hubo foto de toda la plantilla sobre el césped y la orquesta
Nickols, liderada por Luis Mejías, el autor, interpretó el himno
recién adaptado; también actuó la Banda de los Flechas granadinos.
Tras la entrega de un banderín del Granada al Coruña por ser ésta
la primera vez que venía a Los Cármenes, se inició el partido.
Se
adelantaron los rojiblancos con gol de Cholín, pero las crónicas
coinciden en que a partir de ahí, minuto 20, se acabaron las fuerzas
y los rojiblancos, agotados con tanta cuchipanda durante la semana
previa, actuaron sin entusiasmo ni facultades.
Toda la plantilla y el míster posan en Los Cármenes antes de jugarse el Granada-Coruña. La derrota 1-3 hará que la fiesta y los aplausos se tornen en bronca y abucheos |
De
esa forma, lo que había comenzado como una gran fiesta acabó entre
abucheos porque el Granada fue derrotado 1-3 por el Coruña,
precisamente el único rival de los de liguilla que ya había
derrotado a los nuestros. Los gallegos a pesar de ese triunfo no
ascendieron este domingo, lo hizo la Real Sociedad como subcampeón
al derrotar 7-1 al Castellón. No obstante, tanto Coruña como
Castellón ascenderían tres semanas después, ambos por imponerse en
promoción a partido único a los colistas de primera, Zaragoza y
Murcia. Cosas y colores del fútbol: los mismos entusiastas que
aplaudían y vitoreaban vehementemente a los rojiblancos al
principio, fueron los primeros en abuchearlos cuando el equipo empezó
a flojear y llegó la derrota. Y lo que es más grave, el partido
terminó con gran parte de los aficionados animando a los coruñeses
y jaleando sus jugadas y silbando las de los granadinistas. Zubeldia
en su crónica de Patria se lamenta y censura esta actitud de los que
se llaman hinchas rojiblancos, que bien pronto han olvidado el enorme
valor de la hazaña lograda y la odisea vivida por los equipiers
por todo el territorio nacional, de La Coruña a Vascongadas, y de
ahí a Castellón, en tres semanas de vida de cenobio sin ver a los
suyos y teniendo que hacer muchos de sus trayectos de pie al no haber
sitio en aquellos destartalados trenes españoles de la primera
posguerra.
Todavía
quedaban más actos de agasajo a los rojiblancos aquella misma tarde
después de terminado el encuentro: la entrega por el presidente de
la Federación Sur, Manuel Calderón, de una copa de plata al campeón
de la liguilla de ascenso, acto que tuvo lugar después de una salve
de agradecimiento ante la Virgen de las Angustias que resultó algo
frío y apenas contó con presencia de hinchas. Por último, todos se
trasladaron a los locales de la asociación Álvarez Quintero, donde
asistieron a la actuación cantora de la niña prodigio Carmencita
de Granada. Para el día siguiente y casi toda la semana había
programados nuevos homenajes.
Tragedia
taurina
El
domingo 13 de abril de 1941, Domingo de Resurrección, casi a la
misma hora en que el Granada jugaba su último partido de la liguilla
frente al Coruña, partido de trámite puesto que desde la victoria
en Castellón del domingo anterior ya se había proclamado
matemáticamente campeón y ascendido a Primera, casi a la misma hora
como decíamos, se celebraba en la plaza de toros del Triunfo una
novillada con toros de Santa Coloma (gordos, lustrosos y finos)
y con un cartel a base de Pedro Barrera, Martín Vázquez y El
Andaluz, «…los tres actuales ases de la novillería, que marchan a
la cabeza de los demás…», escribió en La Prensa, nombre
de la Hoja del Lunes de Granada entre 1940 y 1950, El Bachiller
Cantaclaro, Narciso de la Fuente, veterano periodista y crítico
taurino que había pertenecido a El Defensor.
Según
las crónicas de ambos espectáculos simultáneos, tanto Los Cármenes
como la plaza del Triunfo registraron sendos llenos, con lo que entre
ambos muy bien se acercaron a los 20.000 espectadores, lo cual no
deja de ser destacable en una ciudad como Granada, por entonces
poblada por unos 150.000 habitantes.
Vista aérea de la desaparecida plaza de toros del Triunfo |
Pero lo que nos hace
evocar la novillada no fue el triunfo de ninguno de los espadas sino
la tragedia que de nuevo visitó esta desaparecida plaza de toros
granadina, que ya vio cómo en 1934 moría de una cornada el
novillero Atarfeño. El desenlace de esta tragedia no ocurrió
en la plaza ni en nuestra ciudad, pero sí lo que la provocó. En el
quinto toro de la tarde fue cogido el banderillero Gregorio Caro
Mateos, de 37 años, Valencia de nombre artístico, que
trasladado a la enfermería fue asistido por el doctor Fernández
Cambil (el mismo que nada pudo hacer por Atarfeño en 1934), que le
curó de una herida en el tercio inferior del muslo derecho, que
interesaba la vena safena interna, pronóstico menos grave, por lo
que esa misma noche con el resto de la cuadrilla viajó el herido a
Madrid en el expreso. Pero cinco días después llegaba la noticia de
que Gregorio Caro había muerto en el sanatorio de Toreros de Madrid
tras haber sufrido la amputación de su pierna derecha sin que esto
sirviera para detener la gangrena que acabó con su vida.
Semana
Santa 1941
Catorce
cofradías eran las federadas y tenían prevista su salida a partir
del Domingo de Ramos, que caía en 6 de abril: Santa Cena, el
Domingo; Rescate y Dolores formando una única procesión, y
Humildad, el Lunes; Vía Crucis y Esperanza también en un solo
cortejo, y Rosario, Martes; Gitanos (se había fundado el año
anterior y bajaba de la Abadía sólo hasta el paseo de los Tristes y
de allí se volvía) y Escolapios, Miércoles; Favores y Silencio,
Jueves; Humildad nuevamente el Viernes a mediodía hasta el Campo del
Príncipe; Santo Entierro y Chías, Viernes, y así concluían los
desfiles procesionales. Este año no salió la cofradía de la
Alhambra, cuyo hermano mayor era el presidente del Granada, Ricardo
Martín Campos, que solía procesionar el Jueves Santo.
Por
entonces no existía lo que se denomina carrera oficial o ésta se
limitaba a que las procesiones pasaran por la calle Reyes donde, a la
altura de la plaza del Carmen, se instalaba una mini tribuna. Cada
cofradía organizaba su itinerario por libre y ningún día había
más de dos procesiones desfilando simultáneamente. Desde el jueves
a mediodía hasta el sábado se prohibía la circulación de
vehículos por las calles más céntricas y todos los espectáculos
se suspendían el Jueves y el Viernes Santo, por lo que cerraban los
cines y teatros.
Observando cómo era entonces y cómo es ahora la Semana Santa
granadina sorprende ver cómo ha evolucionado, sobre todo en lo que
se refiere al número de personas que la viven y participan en ella
aunque sólo sea como espectadores. Empezando la década de los
cuarenta eran los tiempos del primer y -por eso mismo- más furibundo
nacionalcatolicismo, sin embargo (se constata leyendo la prensa de la
época) esta Semana Santa de 1941 se podría decir que sólo se
parece a las actuales en lo básico, es decir, había procesiones,
penitentes, mantillas, bandas de música y demás, pero todo ello a
mucha menor escala respecto de cualquiera de los últimos casi
cuarenta años de aconfesionalidad del Estado español. En 1941 las
procesiones eran muchas menos, también el número de los que las
formaban; la figura del costalero ni se conocía aún de nombre, al
menos en Granada, y casi todos los pasos andaban en carroza;
asimismo, los recorridos solían ser bastante más breves y todas las
procesiones se recogían antes de las once de la noche; había
público apostado en las aceras para ver los desfiles, pero ni de
lejos los muchos miles actuales. Incluso determinadas cofradías
lucían en sus hábitos por entonces unos colores distintos a los de
ahora mismo.
La calle Sierpe Alta, que iba de Reyes Católicos a la plaza de las Descalzas. Al fondo el convento de Carmelitas Descalzas |
Por
otra parte, echando un ojo a los itinerarios que publica la prensa
podemos también constatar lo que desde entonces ha cambiado Granada.
Por ejemplo, todas las cofradías que procedían del Realejo tenían
casi como paso obligado a la entrada o a la salida la calle Sierpe
Alta, una calle que ya no existe como tal pero de la que se conserva
su acera derecha, integrada en la actual plaza de Isabel la Católica,
que se abrió sobre el solar que quedó libre al demolerse la casa de
Correos ya en los años 50. En 1941 la calle Pavaneras no tenía más
salida hacia Reyes Católicos que ésta de la calle Sierpe Alta o
bien la estrecha calle de la Colcha, surcada por las vías del
tranvía urbano.
La
desaparecida calle llamada Sierpe Alta tiene significación en la
historia del Granada CF ya que en la habitación interior de un bar
que había en el número 6 tuvo su sede el club entre julio de 1932 y
diciembre de 1934, cuando se llamaba Recreativo Granada, y hasta aquí
y desde la estación de Andaluces fueron traídos a hombros los
futbolistas que en enero de 1934 venían de empatar en Gerona en el
primer partido de fase de ascenso a Segunda División, con la banda
del Ave María abriendo carrera, en la que se puede considerar
primera gran celebración callejera de un éxito futbolero.
1 comentario:
Sigo recordando unas veces y aprendiendo otras, con todo lo que escribes.
Un abrazo desde Mexico
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