¡Que pase el siguiente!, a ver si seguimos contabilizando triunfos granadinistas que vayan engrosando los anales de la mejor historia rojiblanca. Que pase el Albacete Balompié, que lleva sin venir por estas tierras desde 1989, cuando con Benito Floro empezaba a darse a conocer en el fútbol español como un equipo con el que había que contar. Porque aunque fue fundado en 1940, hasta ese momento sólo podía presentar como todo bagaje cuatro temporadas en Segunda, de las cuales sólo una no había terminado en descenso. Es a partir de 1990 cuando entra este club en lo mejor de su historia y desde entonces siempre se ha movido entre Segunda y Primera.
Son dieciocho los enfrentamientos entre Granada y Albacete que registra la historia, contando también los dos en el Carlos Belmonte de esta misma temporada. Pero a Granada sólo han venido los manchegos a jugar ocho partidos (tres de Segunda, cuatro de Segunda B y uno de Copa de la Liga). Precisamente de esta última competición en la categoría de 2ª B, temporada 82-83, semifinales, es la única vez de sus ocho visitas a Granada en que no fue derrotado; los albaceteños eliminaron al Granada con su triunfo 0-1 en Los Cármenes, completado cuatro días después en Albacete con un nuevo triunfo 2-1 ante un Granada que todavía celebraba su reciente ascenso a Segunda y que a las alturas de mediados de junio no se esmeró demasiado ante una competición completamente deficitaria que a nadie interesaba y por eso mismo tuvo una existencia tan efímera.
Si con el anterior rival, el Valladolid, deseábamos el cambio de la historia granadinista en una ciudad donde hasta este momento nunca había ganado nuestro equipo, con el Albacete lo que deseamos es justo lo contrario, que la historia continúe ya que todas sus visitas ligueras, siempre al viejo campo, fueron victorias rojiblancas.
Militando el Albacete en Segunda, en su temporada de debut en esta categoría, fue su primera visita a Los Cármenes, en la 49-50, para enfrentarse con el Granada de Cholín que este año nos obsequió con abundantes goleadas caseras. El Albacete cayó derrotado 4-2 con goles de Fraga dos, Luiqui y Morales.
El descenso a Segunda del Granada y el ascenso del Albacete a esta categoría (al que en algo colaboramos con la cesión de Arsenio y Vicente) en 1961 propició un nuevo enfrentamiento en la 61-62, en la que fue tercera visita albaceteña a Granada, en la jornada 29 y penúltima (última en Los Cármenes) del grupo Sur de Segunda 1961-62. Aquel Granada de Heriberto Herrera, estuvo toda la liga luchando por alcanzar los dos primeros puestos (el primero daba el ascenso directo y el segundo la promoción) pero sin llegar en ningún momento a conectar. En un partido feo y sobre un campo embarrado, la victoria 2-1 (Luis Martínez y Rafa) ante el Albacete unida a la de la semana anterior ante el Las Palmas (2-0) nos dejaba en el tercer puesto, empatados con el segundo, el Málaga, y todavía con esperanzas de alcanzar al líder Córdoba, a dos puntos. Pero la derrota en la última jornada en el Carranza ante un Cádiz necesitado para no descender nos dejó definitivamente terceros clasificados y sin derecho a nada. El Albacete sí que descendió en la promoción.
La ocasión de más trascendencia histórica en que granadinos y albaceteños se han enfrentado es la de la 89-90, la última vez hasta ahora en que el Albacete visitó Granada. En Granada tocó jugar a primeros de octubre, donde comparecía el gran Albacete de Benito Floro como líder después de haber ganado los cinco partidos ya jugados. Era el germen de lo que después se conoció como “Queso Mecánico”, que en esta misma temporada ascendería a Segunda y sin detenerse apenas, en dos años estaba en máxima categoría por primera vez en su historia y se quedaba a las puertas de jugar en Europa. En el viejo Los Cármenes, en un partido vistoso y emocionante en su recta final, el Granada acabó con la imbatibilidad de los manchegos gracias a un único gol conseguido por Merayo de penalti. Este buen Granada de José Enrique Díaz estuvo toda la primera vuelta a la estela de los manchegos hasta que a poco de comenzar la segunda tocó jugar en Albacete acompañado de varios cientos de granadinistas, donde la victoria local abrió una brecha de puntos ya demasiado grande en una temporada en la que todavía no se había dispuesto que los cuatro primeros de cada grupo de 2ª B jugaran liguilla y sólo ascendía el campeón, por lo que la relajación rojiblanca y la falta de hombres con poder realizador deparó una segunda mitad del campeonato mala, la defenestración de José Enrique Díaz y un insulso quinto puesto final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario