Las jornadas novena y décima de la liga andaluza de reservas, viaje a Cádiz y visita del Málaga, fueron aplazadas para un mejor momento, por lo que el siguiente partido granadinista es el que corresponde a la jornada once, segundo de la segunda vuelta. El miércoles 14 de febrero de 1973 compareció el Granada en Jaén. En La Victoria, en una noche en la que cayó abundante agua y granizo el Granada volvió a dejar clara la diferencia de categoría entre unos y otros y derrotó al Jaén por 1-3. Como venía siendo habitual en los partidos de esta segunda edición de la copa andaluza, referir los partidos del Granada equivale a hablar de Echecopar. Una vez más volvió a ser el mejor y una vez más volvió a marcar. Se adelantó el Granada por medio de Echecopar en acción individual y empataron los locales de penalti cometido sobre el ex granadinista Flores que él mismo transformó. En la segunda parte Dueñas y Paco pusieron el definitivo 1-3. Jugaron por el Granada: Navarro; Martos, Aguilera, Moreno; Manolín, Pla; Gruart, Santi, Dueñas (Paco), Echecopar y Garre. En el Jaén que entrenaba Ruiz Sosa se alinearon Lelo, Flores, Ureña y Zubitur. La crónica destaca al joven portero Navarro y al extremo Gruart, además de a Echecopar.
Un nuevo parón en la liga de Primera fue aprovechado para ocuparlo con uno de los partidos aplazados, el de la jornada diez. El 18 de febrero, domingo, Granada y Málaga ofrecieron otra gran exhibición en esta competición menor. Y si, como queda dicho, referirse al campeonato andaluz del Granada 72-73 equivale a hablar de Echecopar, hasta el punto de que algún partido se pudo catalogar como de “festival Echecopar” (en palabras del míster cordobés Vavá), este partido contra el Málaga fue algo más que un festival del argentino. Se pareció más a una apoteosis, ya que si aquella gran actuación fue ante un segunda la de esta tarde tuvo lugar ante todo un Málaga, por entonces el mejor clasificado andaluz en Primera, que además compareció con varios titulares.
Jugaron por el Granada los mismos hombres que cuatro días antes se trajeron de Jaén los dos puntos: Navarro; Martos (Zunino), Aguilera, Moreno; Manolín (Monchi), Pla; Gruart, Santi, Dueñas (Paco), Echecopar y Garre, y el resultado fue de concluyente victoria rojiblanca, 3-0, los tres de Echecopar.
Echecopar, sometido a estrecho marcaje por el malaguista Benítez, supo zafarse una y otra vez y ser un jugador omnipresente en todas las acciones del Granada. El cronista de Ideal, Gave, dice de él que «Echecopar fue quien dio vida y color al partido con sus tres goles y con su forma de jugar en entrega constante durante los noventa minutos de juego». Y continúa, «Todo es sabiduría en Echecopar y cada acción suya lleva implícita un lamento triste: ¡Qué pena que no pueda estar en la Liga». Catorce goles eran ya los que llevaba anotados el argentino en los diez partidos que se llevaban disputados. Y mientras tanto, en la liga de verdad, en ésa en que las autoridades federativas habían determinado que no podía jugar, cada gol granadinista costaba sangre sudor y lágrimas y llegaba con cuentagotas.
El primer gol llegó a los siete minutos, cuando Santi sirvió a Echecopar para que éste rematara desde cerca. El segundo llegaba al filo del descanso. Fue un gol de los que justifican por sí solos la asistencia al estadio; golazo de antología que Echecopar se cocinó y se comió junto a la escasa moral malagueña; en una sensacional jugada individual que mereció el aplauso hasta de los contrarios, se fue con regates secos de hasta tres rivales para burlar la desesperada salida del portero boquerón y clavarla en la red, cosechando una larga ovación de los aproximadamente diez mil aficionados presentes que, tal como dice el cronista, no paraban de lamentar que esta perla granadinista no pudiera actuar con el primer equipo. El tercer y último gol, obra también del argentino, llegó a falta de un cuarto de hora y fue otro golazo parecido al gran gol anterior aunque en una jugada más corta.
Total, otro gran partido granadinista en la liga andaluza y otro recital Echecopar. Pero a pesar de las dos victorias seguidas seguían los nuestros en el segundo puesto de la tabla, a un punto del Betis, aunque éste con un partido menos.
Nada más terminar el partido ante el Málaga, Echecopar y Manolín marcharon a Sevilla para formar parte de un combinado de jugadores de equipos andaluces que se enfrentó al Sevilla en beneficio de la viuda del malogrado Berruezo. El santaferino Manolín gustó bastante y en el Sevilla, por entonces en Segunda, se quedó cedido.
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