Accidente
recreativista
Tras
golear al Onuba en Los Cármenes (7-2), la siguiente jornada del
calendario del grupo V de segunda, norteafricano-andaluz, llevaba al
Recreativo a casa del colista, el España de Tánger, donde los
rojiblancos no tuvieron ningún problema para conseguir una victoria
más, 1-3. Pero el alegre regreso de tierras magrebíes pudo
convertirse en una tragedia.
La expedición
recreativista regresaba desde Algeciras en dos taxis y poco antes de
llegar a Santa Fe, al parecer por una rotura en el sistema de la
dirección, uno de los coches se estrelló contra un árbol y volcó.
Por suerte, de los siete ocupantes (el directivo Juan Gómez Muros y
los jugadores Mesa, Fernández, Maside, Trompi, Doménech y Millán)
sólo Mesa resultó herido de consideración por cristales rotos que
se le incrustaron en un ojo, por lo que tuvo que quedar encamado en
el hospital de San Juan de Dios. Sus heridas le impedirán volver a
alinearse en lo que queda de campeonato.
Es un gran hándicap
para afrontar los tres partidos que faltan para terminar la liga, el
primero de ellos en Granada frente al primer clasificado, el Cádiz,
a dos puntos, que de ser vencido convertirá a nuestro equipo en
nuevo líder por mejor golaveraje ya que de Cádiz nos trajimos un
2-2. El herido Mesa, otro de los fichados a mitad de temporada,
estaba dando un excelente rendimiento en su puesto de extremo derecho
y en Tánger fue el mejor.
A la vista de lo
sucedido y para no debilitar al equipo, Martín Campos y Cristiá
viajan urgentemente a Madrid y se traen a Timimi, que ya había sido
pretendido antes de empezar la temporada. El canario Timimi era ya
bastante veterano, pero había sido un gran extremo en el Betis que
en 1935 ganó su único título de liga, cuando estaba en lo mejor de
su carrera y le apodaban “bala verde”. Pertenecía en esos
momentos al R. Madrid, de donde vino cedido.
Caricatura de Timimi cuando militaba en el Betis
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El
liderato está a tiro
Por
fin llega a mediados de febrero la oportunidad de alcanzar al Cádiz.
En la jornada 12, antepenúltima, tiene que visitar Los Cármenes.
Hay un gran ambiente futbolero en la ciudad y desde una semana antes
empieza a prepararse el gran acontecimiento.
La primera iniciativa, a
cargo de un grupo de socios, es algo muy usual por aquellos años:
iniciar una suscripción popular para premiar económicamente a los
jugadores si son capaces de ganar al Cádiz, suscripción a la que
pronto se unen los comercios ofreciendo regalos. También se prepara
algo que es la primera vez en la historia del club que ocurre, la
radiación del partido: Radio Granada, con el patrocinio de
determinados comercios locales llevará a cabo esta primera
retransmisión de un partido de fútbol de nuestro club. Por último
- esto ya no sienta tan bien-, se establece un suplemento para los
socios, que deberán pagar 2,50 ptas. (mujeres y niños exentos),
cosa que a muchos parece un abuso. Todavía no se había instaurado
oficialmente la práctica de que cada temporada la directiva fijara
uno o dos días del club; mejor dicho, todavía no se les llamaba así
(día -o medio día- del club, jornada económica o pro cantera,
etc), pero cada año sin falta se aprovechaba algún partido en el
que estuviera garantizada una gran entrada para establecer
suplementos obligatorios para acceder al campo. En esta ocasión, se
comunica oficialmente por el club, el suplemento irá destinado a
arreglo del campo.
No cabe un alfiler para recibir al Cádiz. La victoria colocará al
Recreativo como nuevo líder
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Recreativo
2 Cádiz 1
La excepcional foto que
va delante se publicó en primera página del diario Patria de 20 de
febrero de 1940 y está tomada en los prolegómenos del partido
jugado dos días antes en Los Cármenes. A las tres y media de una
tarde primaveral a pesar de estar a mediados de febrero y con el
campo a reventar de público, posan para la prensa gráfica los once
rojiblancos recreativistas que están a punto de enfrentarse al Cádiz
con el liderato como premio si son capaces de imponerse a los
amarillos. Esta magnífica foto, tomada desde la portería de la
cárcel del viejo estadio, es en blanco y negro pero rezuma luz y
color (y sabor), y da testimonio de lo que fue una sin par panorámica
granadina, lamentablemente ya desaparecida como tantas, macizada de
cemento y ladrillo, sacrificada en aras de una especulación cegata
que troca lirismo y singularidad para todos por adocenamiento y
fealdad en beneficio de unos pocos, algo tristemente aplicable a
otros muchos bonitos paisajes granadinos ya irrecuperables.
Según
la prensa, 17.000 personas (es de suponer que todas de pie)
abarrotaron Los Cármenes aquel domingo 18 de febrero de 1940 en que
el Recreativo derrotó 2-1 al Cádiz y se hizo con el primer puesto
del grupo V de Segunda división a falta sólo de dos jornadas para
concluir la liga. Fue un partido épico y de los que hacen afición,
por emplear dos tópicos muy futboleros. Se adelantaron los gaditanos
por medio de su mejor hombre, un futuro granadinista, Liz, pero
derrochando entusiasmo, la nota más característica del Recreativo
39-40, los rojiblancos le dieron la vuelta al marcador en un minuto
con dos goles de Nin y se anotaron los dos puntos y el liderato, a
pesar de jugar casi una hora en franca inferioridad ya que Aguileño
sufrió fractura de clavícula en un choque fortuito y Maside fue
expulsado por el árbitro (porque sí, según la prensa local)
Domínguez. Gaspar Rubio dio su mejor partido desde su incorporación
y fue el conductor del juego recreativista. Jornada redonda en lo
deportivo y en lo económico.
Desde
Lanteira en burro
En
los prolegómenos del Recreativo-Cádiz, antes del saludo
protocolario brazo en alto de los miles de asistentes y los ¡vivas!
y ¡arribas! de rigor, cosas comunes por entonces en todos los
eventos que reunieran a más de cuatro o cinco personas, un
representante del club Recreativo de Almería hizo entrega a Gaspar
Rubio (como capitán) de un banderín. Desde las provincias vecinas
habían viajado a Granada gran número de aficionados para ver el
súper acontecimiento futbolero, entre ellos este club almeriense que
patrocinaba el antiguo directivo recreativista de sus primeros años,
José Boloix Villalba, teniente del Ejército destinado en Almería.
Entre
los venidos desde lejos merece destacarse un hincha llamado Juan
Gutiérrez, natural y vecino de Lanteira, quien salió el sábado de
su pueblo en burro y atravesó toda Sierra Nevada para llegar a
Granada a las doce del mediodía del domingo y asistir al partidazo.
Con un ¡Viva Lanteira! cierra Ideal el apartado Chismorreos
donde se comenta la hazaña de Gutiérrez.
No pudo
ser
Después
de vencer al Cádiz estaba muy al alcance de la mano acabar la liga
como campeón, única plaza que daba derecho a disputar liguilla de
ascenso a Primera. Sólo quedaba jugar en Córdoba y recibir al Ceuta
Sport en la última jornada. De haber ganado ambos no se hubiera
escapado, pero la clave estuvo en que de Córdoba sólo pudimos
traernos un empate a un gol mientras que el Cádiz se impuso en los
dos que le quedaban y por un solo punto nos superó a pesar de
derrotar el Recreativo en la última jornada 5-1 al Ceuta.
En
Córdoba, cuyo equipo nada se jugaba, los días previos a la visita
recreativista circularon unas octavillas en las que se acusaba a
«elementos ligados al Recreativo de Granada» de haber sobornado a
los jugadores cordobeses y al árbitro, octavillas que acababan
haciendo un llamamiento a los aficionados tal que así: «…no
permitid [sic] que se consumen los torcidos propósitos del
Recreativo de Granada». Zubeldia dice en Patria que los panfletos no
llevaban pie de imprenta y que sin duda no se habían impreso en
Córdoba, y sugiere que su origen es Cádiz. Por esa razón los
recreativistas y los granadinos en general (más de mil desplazados)
fueron recibidos de mala manera en el polvoriento campo de América,
con su terreno sin rastro alguno de hierba y lleno de hoyos, y las
hostilidades para con los rojiblancos y los gritos a favor del Cádiz
no cesaron en los noventa minutos, según cuenta Zubeldia.
Y en
medio de ese mal ambiente ocurrió la lesión de Timimi, que fue el
autor del único gol granadino, con fractura abierta de tibia y
peroné izquierdos por entrada alevosa de un contrario (Castro, según
Patria; Monasterio, según Ideal). Muy veterano como era el canario,
esta grave lesión acabó por retirarlo definitivamente del fútbol
profesional.
Cosillas
relacionadas con el partido de Córdoba
Más
de dos meses después, cuando el Cádiz había perdido toda opción
de ascenso a Primera (subió el Murcia) en Patria, en su sección
Mundillo Deportivo, se comentan varias cosas sabrosas acerca
de lo que pasó en Córdoba: -que el Cádiz había primado a varios
de nuestros rivales al enfrentarse al Recreativo, incluido el Racing
de Córdoba; -que el responsable de las octavillas y del mal clima
contra los nuestros en Córdoba no fue otro que el medio centro
cadista Adorna (quien por cierto actuó en una ocasión a prueba en
el Recreativo en un amistoso de Corpus frente al Arenas de Guecho, en
junio de 1933); -que otro jugador, Bohórquez, así como el
secretario cadista, habían sido sancionados por irregularidades;
-que el periodista que firma esta sección “A.” (Zubeldia),
Martín Campos y Valderrama habían recibido en aquellas fechas
cartas anónimas «de literatura soez y chabacana»; - que en Cádiz
se exhibió en un escaparate una botella de “Fino Recreativo” (un
vino de Montilla que se comercializaba con ese nombre) con la
inscripción «No por mucho madrugar amanece más temprano»; -que en
Cádiz el Recreativo fue objeto de escarnio en coplillas callejeras;
y más cosas por el estilo.
Recorte de prensa con un anuncio de “Fino Recreativo”
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Obras por doquier
El año 1940 en Granada
se caracteriza porque a lo largo del mismo se iniciaron unas grandes
e importantes reformas urbanas que trataban de cambiar la cara de la
ciudad, especialmente de sus zonas céntricas, buscando adecentarla
pero sin que perdiera su solera histórica. Son unas reformas
impulsadas por el propio alcalde desde 1938, el camarada (así lo
nombra siempre el diario nacionalsindicalista Patria) Antonio Gallego
Burín, aunque la mayoría de ellas estaban ya previstas por los
sucesivos ayuntamientos republicanos, que no dispusieron de tiempo ni
de medios para llevarlas a cabo.
Granada está patas
arriba en 1940. Las obras lo invaden todo y entre ellas es de
destacar la que podemos ver en la foto coloreada de más abajo: el
Darro, ese arroyuelo al que los granadinos hemos ascendido a la
categoría de río (aunque en la foto sí que lo parece), pasa por un
insólito Embovedado desembovedado, o sea, sin la bóveda propiamente
dicha. Para poder ver algo parecido habría que remontarse a casi un
siglo atrás, que fue cuando se llevó a cabo su cubrimiento para
hacer más real aquello de agua oculta que llora, que dijo
tiempo después Manuel Machado. No hacía ni dos años que se
había perpetrado el último cubrimiento del Darro, desde el Puente
de Castañeda hasta su desembocadura en el Genil trescientos metros
más abajo, dando lugar a lo que años después se conoció
popularmente como la Filomátic.
El Embovedado sin bóveda por obras de reforma
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Ganivet en su día,
1896, ya había clamado contra esa, cuando menos, curiosa manía
granadina taparríos, aunque se trate de un riachuelo como el
Darro, y así dejó escrito en sus artículos en El Defensor
(recopilados después en forma de libro bajo el título «Granada la
bella») que aquél que concibió la idea de cubrir el Darro, la
concibió de noche, en una noche funesta para nuestra ciudad. Toda la
razón llevaba don Ángel. No hace falta insistir en que para una
ciudad eminentemente turística como es Granada y a la vista de los
antiguos grabados y fotos del Darro a su paso por lo que en la
actualidad es la calle Reyes Católicos y por la zona de Puerta Real,
con esa medida cubreaguas se perdieron rincones muy pintorescos que
de existir en la actualidad serían otro de los encantos de la, a
pesar de desatinos como éste, muy encantadora Granada.
El principal pretexto
esgrimido para llevar a cabo a mediados del siglo XIX el cubrimiento
del Darro fue que éste era más cloaca cantarina que linfa
espejeante, y en aras de unas inaplazables medidas sanitarias se
había optado por la tabla rasa de poner un velo de piedra y cemento
a las vergüenzas pestilentes que para las poco poéticas autoridades
de la época significaba el Darro a cielo abierto por el corazón de
la ciudad.
Está claro que al
propio Darro nunca le gustó su impuesto encorsetamiento, y así, en
mayo de 1887, en plena Puerta Real, el río escapó de su prisión y
lo hizo a las bravas y por sorpresa, con un reventón que mandó
volando por el aire los sillares de 500 kilos de su bóveda hasta la
calle San Antón, y de forma que algunos de los vecinos de la zona
tuvieron que ir días después hasta Loja o más allá para recuperar
sus ajuares o lo que quedaba de ellos. El gran cráter de Puerta Real
y el consiguiente enorme susto para el paisanaje se repetirían en
septiembre de 1951 con una nueva venganza darrianesca por
haberlo convertido en cautivo perpetuo, cuando otra descomunal
tormenta volvió a convertir el hilillo de agua que normalmente es el
caudal del Darro en un grandísimo turbión que se lleva por delante
mobiliario urbano y hasta personas.
Se ve que cuando la
realización del soterramiento no se fue lo previsor que se debía. Y
también se ve que tampoco se esmeraron demasiado en el remate de la
obra, de manera que el Embovedado (así, con mayúscula, puesto que
ése fue siempre el nombre de la zona donde se levanta en la
actualidad la fuente de las Batallas, entre los desaparecidos puentes
de la Paja, en Puerta Real, y de Castañeda, a la altura de la calle
de ese nombre) quedó coronado por una fea joroba que hacía que
desde la Acera del Casino a la del Darro y viceversa, los transeúntes
sólo vieran el sombrero de los de la acera de enfrente, dicho esto
sin segundas. A la corrección de esa antiestética giba corresponde
la foto que va delante, cosa que se acometió en febrero de 1940, y
de esa forma se consiguió dejar el embovedado liso y que los
paseantes pudieran reconocerse de una a la otra acera, como una más
de las numerosas reformas emprendidas en estos años por la
corporación municipal granatensis.
Remodelación
de la plaza Bib-Rambla
Más
reformas y mudanzas. En marzo de
1940, en Bib-Rambla acababa de instalarse la fuente de los Gigantones
(o de Neptuno, o de los Tritones, o de los Mascarones, o de las
Cuatro Hermanas), que procede del desaparecido convento de San
Agustín y que estaba antes a la entrada del Salón, en el
Humilladero, donde entre 1892 y 1963 estuvo el monumento a Colón y
la reina Isabel de Benlliure, y después fue la fuente instalada al final del paseo de la Bomba. Sustituye al monumento a Fray Luis de
Granada, que a su vez se ha mudado a la plaza de Santo Domingo.
Hay también en marcha
un proyecto de reforma total de la plaza, a la que se quiere dejar
toda de soportales, que era como estaba antiguamente y así la
describe Henríquez de Jorquera, informa Ideal. Se haría cediendo a
cada propietario dos o tres metros de espacio público para reformar
su fachada y construir los espacios cubiertos a la usanza de las
plazas mayores castellanas. Sólo al palacio arzobispal no afectará
la reforma. Como se puede comprobar, la cosa no pasó de proyecto
Otras mejoras ciudadanas
se llevan a cabo también en estas fechas, como la apertura de la
calle Pagés, que da salida por la carretera de Murcia al barrio del
Albaicín, y la conexión de la calle San Juan de los Reyes con la
cuesta del Chapiz.
Recorte de Ideal que plasma el proyecto de remodelación de la plaza
Bib-Rambla que no llegó a realizarse
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