EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



domingo, 25 de marzo de 2012

SIN COMPONENDAS


Granada 3 Sevilla 0

30 de abril de 1972

Estadio Los Cármenes, lleno, veintidós mil espectadores con presencia de unos tres mil hinchas sevillanos en tarde primaveral. Partido correspondiente a la jornada 32 del campeonato de Liga de Primera División 1971-72

Granada CF: Izcoa; De la Cruz, Aguirre Suárez, Falito; Martos (Barrenechea 74’), Fernández; Lasa, Chirri, Porta, Santos (Lorenzo 74’) y Vicente

Sevilla FC: Rodri; Blanco, Costas, Toni; Santos, Garzón; Lora, De Diego (Bueno 46’), Acosta, Eloy (Lebrón 41’) y Berruezo

Goles: 1-0, min. 7, Lasa; 2-0, min. 30, Vicente; 3-0, min. 43, Lasa

Árbitro: Camacho, del Colegio Castellano. Muy buen arbitraje. Tarjetas blancas al local Martos y al visitante Eloy

Era la segunda vez que en esta misma temporada, antes de jugarse un partido del Granada, circulaban rumores que de alguna manera venían a poner en entredicho la honradez de los jugadores rojiblancos. Ya había ocurrido unas semanas antes, cuando la visita del Barcelona. En esa ocasión se había sugerido que los puntos podían haber sido parte del acuerdo por el traspaso de un jugador granadinista, y en ésta se apelaba una operación de trueque de jugadores de uno a otro club que estaría por hacerse y, como último argumento, a un pretendido espíritu solidario andalucista que motivaría que los rojiblancos no se emplearan a fondo y de esa manera echar un cable al rival, un Sevilla que comparecía en Los Cármenes con el agua al cuello y al que una derrota condenaría casi con toda seguridad al descenso.

El caso es que los primeros compases del encuentro podrían haber hecho sospechar a más de uno, porque no era normal que alguien tan sobrio (y tan poco dotado técnicamente para el juego con los pies) como Izcoa saliera de su área a regatear contrarios, “locura” al más puro estilo Ñito pero sin el tino del canario, que por los pelos no acabó en gol forastero cuando apenas se llevaban disputados dos minutos.

Pero ciertamente, como en la ocasión anterior, poco duró cualquier suspicacia porque el Granada enseguida se puso por delante en el marcador al aprovechar Lasa un balón suelto en el área y marcar el primero, tras penalti a Porta que Camacho dejó seguir, A la media hora llegaba el segundo, obra de Vicente, de sensacional remate de bolea tras muy buena jugada de Martos. Y al filo del descanso, Lasa, en el mejor partido que se le recuerda mientras perteneció al Granada, dejaba definitivamente sentenciada la victoria haciendo el 3-0 de gran cañonazo desde fuera del área tras rechace a la salida de un córner. El Granada completó una primera parte digna de recordarse en una temporada que pasa por ser la mejor de su octogenaria historia, y eso que no pudo utilizar a hombres básicos como Barrios y Jaén. La segunda parte fue un mero trámite en que el ritmo decayó mucho y se vieron bastantes menos jugadas vistosas.

En una Primera en la que militaban hasta cinco clubs andaluces y en la que el Granada acabó el primer clasificado de los cinco, el Sevilla, que toda la primera vuelta había ocupado los lugares altos de la tabla, protagonizó una segunda vuelta para olvidar y sólo pudo sumar nueve puntos. Cuando compareció en Granada, a falta de tres jornadas para finalizar el campeonato, su situación era ya desesperada. Sólo le valía la victoria, pero sus hombres parecían atenazados y no fueron rival para un Granada en plena forma y aspirante a jugar en Europa, que no le dio opción alguna y que, de haber mantenido en la segunda mitad la intensidad de la primera, seguramente el marcador hubiera sido aún más contundente. No hubo asomo alguno de una insinuada “componenda regional” y dos domingos después el Sevilla era equipo de Segunda.

Cierta prensa sevillana reprochó a la afición granadina el ambiente excesivamente hostil en el que los de blanco fueron recibidos en Los Cármenes, así como los gritos de ¡a segunda, a segunda! que pudieron oírse (los mismos del partido de ida en Nervión, sólo que quienes los proferían y a quienes iban dirigidos tenían los papeles cambiados en aquella ocasión). No obstante y sin que sirva de justificación, hay que decir que el granadinismo tenía todavía muy reciente en su recuerdo varios motivos para el afán de revancha por cercanos agravios arbitrales sufridos frente al Sevilla. Esta misma temporada, en la ida, el Granada salió derrotado del Sánchez Pizjuán por los dos penaltis que el árbitro Forés se inventó. Y de la última visita liguera del Sevilla a Granada, en la 70-71, teníamos todavía muy vivo el recuerdo del gran escándalo que en Los Cármenes protagonizó Guruceta, con la anulación de un gol de Porta completamente legal que habría dado la victoria al Granada, escándalo parecido al de dos temporadas atrás, cuando el colegiado Pelayo Serrano anuló a Vicente un golazo que también hubiera supuesto la victoria granadina.

No hay comentarios: