05/04/09
Esta caroca tiene firma, José de la Torre Calvín, y es de 1983. En la quintilla se lee: «Al “hincha” hay que pedir / que al “Graná” hay que salvar. / Igual se debía exigir / a quien lo llegó a hundir / en temporadas atrás». Han pasado veintiséis años de avatares rojiblancos, pero lo que está aquí con mayor o menor arte representado es perfectamente traíble a la rabiosa actualidad.
Lo que en mayo de 1983 se podía ver y leer en plaza Bibarrambla hace referencia a la por entonces reciente campaña promovida por el presidente, D. Cándido Gómez, por la que se pretendía captar tres mil socios que pusieran 200.000 (palco), 100.000 (tribuna) o 75.000 (preferencia) pesetas, a cambio de disfrutar de un abono por las siguientes veinte temporadas. Poco después de deshacerse la operación, ya cerrada, de venta del viejo Los Cármenes a Inonsa por 425 millones, Candi, con la pertinente aprobación de los socios, recurrió a esta medida extraordinaria para hacer frente a deudas acuciantes de la entidad, en especial la ya rancia con la entidad Bancreco (Banco de Crédito Comercial), 115 de los 324 millones que se estimaba era la deuda real del club. Los que respondieron al SOS fueron finalmente algo menos de mil, pero con lo que aportaron se consiguió salir del mal paso en espera de tiempos mejores, aunque fue a cambio de hipotecar el futuro hasta la 2002-03.
El autor de esta granaína crítica bufa de cada Corpus se inspiró en el famoso óleo del romántico Géricault, La balsa de la Medusa, para plasmar lo que se vivía en esos momentos en el granadinismo. Entonces, como ahora, la continuidad del club estaba muy en el aire y se recurrió a una medida a la desesperada.
Aparte de que por entonces al menos el club tenía todavía una finquilla con que ir tirando, hay una cosa que ocurría en este Corpus y sí que es verdad que, para nuestra desgracia de hinchas, no es nada equiparable a la actualidad rojiblanca. Porque a finales de mayo de 1983 anda el granadinismo eufórico celebrando la muy reciente recuperación de la Segunda A después de un plácido viaje de hermandad a Algeciras.
El famoso cuadro representa la tragedia real de los náufragos del barco La Medusa, abandonados en una balsa improvisada en mitad del Atlántico. Dos semanas a la deriva hicieron que de 149 sólo quedaran los 15 que para sobrevivir recurrieron al canibalismo. Extrapolando situaciones del pasado a la actualidad y después del naufragio Sanz, esperemos que no tengamos los granadinistas que llegar tan lejos para que nuestro equipo siga con vida. Ya saben, no muerdan al prójimo y tiren de alcancía. ¡Yo también me sumo!
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