EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



sábado, 3 de febrero de 2018

LA WM DE PLATKO


Un Monopoly muy peculiar con el Granada 43-44

En cuadro para empezar la temporada 43-44
A menos de una semana para el último domingo de septiembre, día señalado para el inicio del campeonato de liga, el Granada estaba en cuadro. González, Sosa, Trompi y Floro no habían renovado sus contratos y a la vez no se podía contar con varios lesionados. Afortunadamente, sólo unos pocos días antes del primer partido quedó por fin solucionado el largo tira y afloja con González, Floro y Trompi. Por otra parte, Conde, que a petición propia había recibido la baja y se había retirado para dedicarse a sus negocios, fue convencido para volver a vestirse de corto porque el recién fichado para el puesto de medio centro, Melito, se hallaba lesionado para meses. Pero tanto González como Conde llevaban más de un mes sin entrenar y a estos dos había que sumar Marín, también sin entrenar desde el final de la temporada anterior por una enfermedad que lo había tenido apartado de todo. Sin embargo los tres actuaron en ese primer choque, en Los Cármenes frente al Oviedo, que acabó con la contundente victoria del Granada 5-2. Conde no fue de los destacados, pero Marín marcó dos goles (los otros tres fueron de Leal) y dio dos más, y González para Patria fue la figura del partido. Definitivamente, aquellos profesionales del balón estaban hechos de otra pasta.

Conde, convertido en un defensa más, guarda su marco ante el acoso de un delantero valencianista. González vigila la línea de gol
      
La WM
                Lo que más sorprendió a los hinchas en este primer partido 43-44 fue ver a su equipo poniendo en práctica por primera vez la WM (o “la W”, como dice Saucedo en Patria), disposición sobre el campo que consistía básicamente en retrasar al medio centro haciéndolo desenvolverse como un defensa más (tres defensas en línea, con dos medios por delante en labores de contención, formaban la W; los dos interiores retrasados y tres jugadores en punta dibujaban la M). El nacimiento de este sistema táctico, la WM, lo más parecido al 3-4-3 que tanto tiempo imperó en el fútbol español, se sitúa en Inglaterra en 1925 y su inventor fue Mr. Chapman. La modificación de la norma del fuera de juego, que de al menos tres defensores entre el último atacante y la línea de fondo pasó a sólo dos para que no se considerara offside, convertía en muy ineficaces las defensas de sólo dos efectivos, lo que motivó la inclusión de un tercer defensa, retrasando al medio centro, el número 5, aunque por entonces las camisetas de los futbolistas no lucían ningún dorsal.
                La WM a estas alturas de 1943 se puede decir que ya era antigua en Europa, pero en España, por causa del aislamiento en que nos dejó nuestra guerra y la autarquía, suponía toda una novedad. Como ha ocurrido con otras innovaciones futboleras, al principio no gustó demasiado, sobre todo porque se consideraba que de esa manera se aumentaban las precauciones defensivas y esto venía a empobrecer el espectáculo, pero a partir de 1948 todos los clubes españoles la utilizarán sin reservas.         
Como vemos, el míster Esteban Platko era un innovador ya que fue el primero (que sepamos) en utilizar la WM en el fútbol español de primer nivel y se adelantó en al menos cinco años a lo que sería común a partir de 1948, aunque para la historia del fútbol nacional ha quedado que fue Benito Díaz, míster de la R. Sociedad, quien en 1947 introdujo la WM en nuestro balompié.

Del tradicional 2-3-5 a la innovadora WM
    
En esta primera ocasión no recibió comentarios desfavorables la innovación de Platko, al contrario, de las crónicas extraemos lo que escribe Saucedo, de Patria, entusiasmado con el juego del Granada, del que dice que es muy distinto al de las temporadas anteriores y ahora vemos a un equipo práctico, efectivo y realizador. Fernández de Burgos en Ideal dice que el Granada ganó sin preciosismos pero con autoridad. El único comentario no favorable lo dirigen ambos periodistas contra la persona elegida para ser el tercer defensa, el medio centro Conde, jugador más de proyección atacante que otra cosa y al que hubo que sacrificar en el marcaje de un contrario, y ambos se preguntan si en realidad dispone el Granada en su plantilla de los jugadores adecuados para un sistema que a cambio de una mayor seguridad defensiva exige a los medios un trabajo extra en la zona ancha.
Habría que ver qué hubieran dicho los plumillas locales de haber sido otro el resultado del partido contra el Oviedo, pero lo cierto es que el invento de Platko no acabó nunca de gustar, sobre todo a la afición. No hace falta recordar que en el fútbol los resultados hacen buenos o malos los sistemas y las tácticas. Así, cuando pasados dos meses desde la victoria sobre el Oviedo y unas cuantas derrotas (para ver la siguiente victoria rojiblanca esta temporada habrá que esperar hasta la jornada 11), y el equipo esté en puestos de descenso, serán muy fuertes las presiones que el míster granadinista recibirá para que abandone la WM y vuelva a lo de siempre.
Esteban Platko quiso innovar con un sistema para el que parece que el fútbol español todavía no estaba preparado, pero sólo aguantó hasta la jornada diez. De ahí en adelante se vio obligado a dejar de poner en práctica la WM. Fue mano de santo, eso sí, porque a partir de ese momento el equipo empezó a ganar partidos para completar en esta 43-44 la que fue su mejor clasificación histórica durante veintiocho años, octavo en Primera (de 14), igualado por Marcel Domingo en la 68-69 (en una Primera de 16 equipos) y superado en la 71-72 y en la 73-74 (18 equipos en Primera) por sendos sextos puestos de Joseíto.
En cualquier caso fue un buen estreno de esta liga el del Granada frente a las dos anteriores de máxima categoría, que empezaron con un empate y una derrota. Tras disputarse la primera jornada el Granada era segundo, una de las pocas veces que ha ocurrido esto jugando en Primera División, si bien el vice liderato duró sólo la primera jornada. En la segunda, en casa del debutante Sabadell, cayó el Granada derrotado 2-0. Las crónicas, tanto para Patria como para Ideal, que firma el granadino en Barcelona, Zubeldia, dicen que el trío defensivo, Casafont, Millán González, fue lo mejor, pero que la línea media, Safont, Conde (que actuó nuevamente retrasado), Sierra, no dio una a derechas.

El veterano árbitro Agustín Cruellas, triste protagonista del Granada 2 R. Madrid 2

Cruellas la lía
Para la tercera jornada ya se pudo contar con Sosa, que también se avino a firmar. Importante refuerzo para la media, la línea que venía actuando de forma más deficiente. El rival era el R. Madrid, muy renovado con respecto al de la liga anterior, la segunda peor de su historia, pero todavía lejos de ser un equipo ganador. 
                Para los dos periódicos locales el árbitro catalán Cruellas tuvo la culpa de que el Granada no derrotara al Madrid, al anular injustamente («contra toda justicia razón y derecho», dice en titulares Saucedo en Patria) a poco del final un gol al Granada que hubiera deshecho el 2-2 con el que acabó el choque de Los Cármenes. Curiosamente era el mismo árbitro que en el penúltimo partido de la liga anterior entre Granada y Madrid, pero en Chamartín, que acabó con el mismo resultado (2-2), también anuló (mal) al Granada el gol que le hubiera dado la victoria y con ella esquivar la promoción por la permanencia.
El Madrid, mejor en la primera mitad, se había adelantado 0-2, pero el Granada derrochando entusiasmo en la segunda parte consiguió empatar, y faltando cinco minutos Aparicio cazó de cabeza un balón a la olla y marcó, pero el colegiado, situado muy lejos de la jugada anuló un gol perfectamente limpio señalando falta al portero Marzá. La anulación estuvo a punto de provocar un altercado de orden público y el partido terminó entre una lluvia de almohadillas y todo tipo de objetos y piedras. El Granada fue sancionado con 3.000 ptas. de multa por incidentes ocurridos durante y después del partido y especialmente por el lanzamiento masivo de almohadillas, cuando en la temporada anterior se había prohibido su alquiler en Los Cármenes.

Nicola, autor del primero de los goles granadinistas en San Mamés
  
Histórico resultado
La jornada cuatro supuso un logro histórico, y es que por primera vez, después de cuatro enfrentamientos anteriores, obtuvo el Granada algo distinto a una derrota en un partido con el At. Bilbao, por entonces en lo mejor de su historia y que era en esos momentos el vigente campeón de liga y copa. En San Mamés el Granada, de rojiblanco, consiguió un empate a dos goles frente a un At. Bilbao con camiseta blanca que echó mucho de menos a sus lesionados Lezama, Panizo, Zarra y Gárate. Nuevamente sufrió el Granada la anulación injusta de un gol que hubiera dado la victoria. En este caso el referí era Fombona, que no vio cómo el guardameta bilbaíno Rivero sacaba de dentro de la portería el remate de Nicola que hubiera supuesto el 0-2. Los locales siempre fueron por debajo en el marcador hasta que faltando diez minutos consiguieron, con mucho sufrimiento y quizás con falta a Casafont del corpulento Oceja, el definitivo 2-2. La crónica de Ideal, que firma un periodista bilbaíno, destaca por encima de todos a Trompi, muy aplaudido por el entendido público vasco.
                Simultáneamente al empate granadinista en Bilbao, en Los Cármenes se enfrentaron el equipo amateur y los reservas que no habían viajado, saliendo victoriosos los primeros por 5-0. Jugaron por los reservas: Platko (hijo del míster, que fue sustituido por Quero); Herrera (Ros), Euskalduna; Pertíñez, Navarro, Diego; Isidro, Sevilla, Martín, Safont y Morillas. Y por los amateurs: Martí; Camoto, Díaz; López, Angelito, Castillo; Aguado (Caballero), Villita, Ballesteros (Aguado), Ros (Quero) y Rodríguez. Como se ve, defensas y porteros actuaron cambiados de equipo buscando un mayor equilibrio de fuerzas. Acudió bastante público, sobre todo para ver a los fichajes catalanes Navarro y Martín, que defraudaron por completo.

Esteban (o István) Platko, muy criticado por los malos resultados
      
La WM muy criticada
Tras disputarse las cuatro primeras jornadas el Granada sólo ha ganado un partido pero es séptimo clasificado. La buena clasificación hace que todavía no se cuestione demasiado el innovador sistema de Platko y haya cierto optimismo por tanto de cara al siguiente choque que en Los Cármenes nos enfrentará al Valencia. Pero los ches, que acabarían ganando la liga, se impusieron con autoridad 1-3, sobresaliendo Ignacio Eizaguirre, que lo paró todo.
Caer derrotado ante un grande no era demasiado traumático, así que no se le dio demasiada importancia a la derrota. Mucho, muchísimo más escoció el 7-2 en Les Corts de la semana siguiente a pesar de ser ante otro grande. Según la crónica de Zubeldia el Granada fue nulo y sólo existió en la primera mitad, a cuyo fin llegó con empate a un gol. La directiva acordó sancionar (aunque quedó en advertencia) a los jugadores por falta de entusiasmo, cosa que ya había hecho por su parte el míster Platko. 

El Granada vapuleado en Les Corts  

    
Lo que ya acabó de abrir una catarata de críticas sobre el sistema de Platko y de poner muy nervioso a todo el mundo fue el 2-2 ante el Coruña en Los Cármenes que vino a continuación. Las crónicas hablan de un juego de segunda y un equipo, el rojiblanco, a la deriva,  sin fondo ni táctica ni técnica. Saucedo en Patria no se recata en cargar contra Platko, acusándolo de mantener una táctica equivocada y contraproducente que nos llevará a segunda división; para el plumilla la culpa es claramente del sistema que emplea Platko porque el Granada no cuenta con los elementos apropiados para desarrollar ese posicionamiento de los futbolistas; según Saucedo el Granada debe abandonar la WM y la excesiva lentitud que –dice- provoca, y volver a aquel fútbol raso, medido y exacto, y de balones rápidos y profundos a los extremos que tan buenos resultados dio y tantos halagos cosechó de los medios nacionales. También carga el redactor de Patria contra la directiva y sus pifias en los fichajes pues de los nuevos sólo el portero Casafont puede ser utilizado y los demás no sirven, a excepción de Melito, lesionado desde la pretemporada y que no va a poder jugar hasta la segunda vuelta. Fernández de Burgos en Ideal viene a decir casi lo mismo, pero salva de la quema a Marín, que a sus 37 años sigue siendo de lo mejor que tiene el equipo.
En medio de una enorme bronca de la afición y gritos casi generalizados al palco de ¡Fuera! ¡Fuera!, en una pésima segunda parte no fueron los rojiblancos capaces de mantener la diferencia de 2-0 con que se llegó al descanso, y el Coruña se llevó un empate.

 En esta curiosa colección de cromos 43-44 no aciertan demasiado con varios de los que aparecen fotografiados: a Floro lo bautizan como Casafont y con el nombre de  Aparicio aparece otro futbolista que no sabemos identificar. Por otra parte, figura Bonet, que ya no era granadinista, y en la delantera sitúa a Amadeo, que toda su carrera la desarrolló en el Valencia y nunca estuvo en el Granada 

 
Campo para modestos
Otro proyecto que no pasó de ídem, aunque éste no era promovido desde el Ayuntamiento, consistía en construir un nuevo campo de fútbol en la ciudad.
En Granada en 1943, desaparecido el campo de las Tablas y otros anteriores como el de Cocheras y el de la Avenida de Cervantes que en la década de los veinte pertenecieron a los prehistóricos clubes Español y España, sólo existía para la práctica del fútbol el estadio de Los Cármenes, aparte de algunos descampados de las afueras que no merecerían el nombre de campo de deportes, y aparte también de los terrenos destinados a la instrucción militar de la guarnición. Faltaba otra instalación, ésta de titularidad pública, para que los equipos modestos locales pudieran celebrar sus competiciones, básicamente el llamado campeonato de tercera categoría local, que venía disputándose en Los Cármenes contando para ello con la buena disposición de su propietario, el Granada CF, que tenía que sufrir las consecuencias del excesivo uso del terreno de juego.
La Federación Sur por medio de su secretario, señor Lamas, estudió la posibilidad de adquirir el popular campo de las Gayombas, al lado mismo de la plaza de toros nueva (que no era otra cosa que un descampado en el que se jugaba al fútbol), en Doctor Olóriz, para acotarlo y vallarlo dotándolo de vestuarios y más servicios. Pero nada más se supo de aquel proyecto. Hasta más de veinte años después, bien avanzados los 60, cuando se construyan los campos de la Federación y José Carmona del Zaidín, no existirán en Granada instalaciones deportivas de propiedad federativa al servicio de los equipos modestos granadinos.

    Recorte de Patria anunciando el estreno nacional de El Escándalo
  
Estreno cinematográfico nacional
            A primeros de octubre de 1943 Granada es noticia por un doble acontecimiento cinematográfico, el comienzo del rodaje del filme “Vísperas Imperiales” y el estreno nacional de una película considerada como de las mejores realizaciones del cine español de todas las épocas, “El Escándalo”.
                El Escándalo es una adaptación cinematográfica de la novela del mismo título, obra del accitano Pedro Antonio de Alarcón, con guión y dirección de José Luis Sáenz de Heredia. Era todavía por entonces este cineasta una promesa del celuloide patrio, pero ya había dado a la pantalla títulos tan significativos como el de su anterior película, de sólo un año antes, Raza, sobre la novela que quería ser autobiográfica y que con el seudónimo Jaime de Andrade escribiera el mismísimo Franco en persona y estilográfica Parker desde su mesa camilla del Pardo. Posteriormente Sáenz de Heredia, primo hermano de José Antonio Primo de Rivera y a quien se le considera emblema del cine franquista, se convertirá en el director más importante de la cinematografía española y en 1954 dirigirá “Todo es posible en Granada”, acuñando de paso la conocidísima frase, afortunado slogan que ha llevado y sigue llevando el nombre de Granada a todos los rincones del mundo.
                El Escándalo era una superproducción hispana realizada con generoso presupuesto y con el propósito de que el producto final resultara exportable fuera de nuestras fronteras, o sea, «para asomarse al mundo y empezar a conquistar mercados», como el propio Sáenz de Heredia declaró en entrevista para el diario Patria unos días antes desde la terraza del hotel Alhambra Palace, donde se hospedaba en compañía de los primeros actores, venidos a nuestra tierra para asistir al estreno. En la película se narra la historia de Fabián Conde (Armando Calvo), un don Juan empedernido que finalmente se redime al conocer el amor puro y verdadero.

Carteleras de las películas El Escándalo y El Doncel de la Reina
  
La película se estrenó en función de gala en Granada el 6 de octubre de 1943, en el desaparecido Coliseo Olympia, antes que en Madrid o cualquier otra ciudad española por deseo de sus realizadores, por tratarse de una las novelas más celebradas del granadino Pedro Antonio de Alarcón, y resultó un rotundo éxito, hasta el punto de que a día de hoy se la sigue considerando como un filme de gran calidad y de imprescindible cita en la historia de la cinematografía española. Varias veces durante la función se escucharon aplausos de la concurrencia encopetada y la palabra “Fin” fue acompañada por una cerrada ovación de varios minutos.
Algunos de los actores del reparto de la película El Escándalo, como Manuel Luna, se quedaron en Granada después del estreno por figurar en el elenco de otra película que empezaba a rodarse en nuestra tierra y que iba a llamarse “Vísperas Imperiales”, melodrama histórico sobre la toma de Granada por los Reyes Católicos y el descubrimiento de América, película enmarcable dentro del cine patriótico tan en boga en aquella época autárquica de exaltación de las virtudes de la raza (cine de fazaña o celuloide de cartón-piedra y de epopeyas nacional-católicas, se le ha denominado por algún crítico). Su director era Eusebio Fernández Ardavín,  que acababa de estrenar en Madrid otra película rodada en Granada y con música del paisano maestro Francisco Alonso: “Forja de Almas”, que trata sobre la obra avemariana de Andrés Manjón, que no llegaría a Granada hasta primeros de diciembre de este mismo año 1943. La producción cuyo rodaje comenzaba, “Vísperas Imperiales”, estaba llamada también a sobresalir en el cine español de la época, pero lo cierto es que, parece ser que por problemas con la sacrosanta censura, la película no se estrenó hasta 1946, tres años después, muy mutilada, clasificada en segunda categoría y con otro nombre comercial: “El doncel de la Reina”, que pasó por las carteleras con bastante más pena que gloria.

La locomotora Baldwin de Guadix
  
Tragedia ferroviaria en Gobernador
A mediados del mismo mes de octubre vuelve Granada a figurar en los titulares de la prensa nacional, pero en este caso por ser escenario de una tragedia ferroviaria. Un tren correo que proveniente de Linares-Baeza se dirigía a Almería descarriló entre las estaciones de Pedro Martínez y Moreda, término municipal de Gobernador. La rotura de un tramo de rail de unos dos metros provocó que los tres vagones de tercera clase que llevaba el convoy, acabaran destrozados en el fondo de un barranco de unos treinta metros de profundidad, con el resultado de veinte personas muertas y más de cien heridas, que fueron evacuadas al hospital de San Juan de Dios de la capital.
Los accidentes ferroviarios con numerosos heridos y víctimas mortales, tristemente, no eran noticia en los primeros años de la posguerra. Y no lo eran por tratarse de algo casi cotidiano, con aquellas infraestructuras muy precarias y máquinas asmáticas y propensas a mil averías, y con aquellos vagones de madera casi para el desguace que conformaban el parque ferroviario español por entonces. Prácticamente en el mismo lugar de este siniestro ferroviario y por la misma causa pero tres años después, en 1946, ocurrió un nuevo desastre saldado también con abundantes heridos (más de cincuenta, dice la prensa, entre ellos Juan Diego Pérez de Haro, a la sazón ex presidente del Granada CF). Pero es que a menudo tampoco eran noticia estas desgracias en un sentido literal, porque la prensa controlada de cerca por la sempiterna censura no informaba de las catástrofes o lo hacía de forma sesgada y quitando mucha sangre (dicho aquí con toda propiedad) a la noticia, no fuéramos a pensar que no lo era tanto la feliz España de Franco que pintaban los controlados medios. Además, por la abundancia de partidas de maquis dispersos por buena parte del territorio nacional, varios de los siniestros ferroviarios de aquellos años fueron atribuidos a atentados llevados a cabo por los huidos al monte y ésta sí que era ya una cuestión que los diarios ni mencionaban.
No es el caso del accidente de Gobernador, sobre el que también sobrevoló la sospecha de un posible atentado de los maquis, pero nada se confirmó, o al menos nada se puede leer en ese sentido. No se puede hablar de oscurantismo en cuanto al trato de la información relativa al accidente de Gobernador y sus víctimas, cuyos nombres y apellidos, estado de salud y lugar de internamiento aparecieron los siguientes días en la prensa local.
La mayoría de las víctimas mortales fueron enterradas en el cementerio de Gobernador, con presencia del ídem de la provincia, camarada Pizarro Cenjor.