miércoles, 4 de junio de 2008

CANCIÓN GOLEADA



Soy cancerbero,
vulgo portero,
juego al foot-ball;
guardo el Averno,
o sea, el infierno:
evito el gol.

Ni un mal ladrido
de mí ha salido.
¡Señor, qué cruz!
Y es que mi equipo
te quita el hipo:
da repelús.

La goleada
cada jornada,
quieras que no,
por fas o nefas,
entre mil befas
me llevo yo.

Dicen que canto
(no es para tanto),
¡pobre de mí!
y por mal mote
el “Karaoke”
me han puesto allí.

Lo mismo en Dólar
que en La Mamola
que en Albuñán,
goles sin cuento
entran a ciento,
¡esto no es plan!

El otro día
(no es culpa mía),
en Talará,
fuerte nos dieron:
cinco cayeron
en un pis-pas.

Y fue en Polopos,
hace muy poco,
que aquel balón
que parecía
que fuera iría
¡vana ilusión!

bajo mi axila
como una anguila
se fue a la red;
vi con espanto
caer el tanto:
el cero-tres.

¡Cantamañanas!
¡Lerdo es con ganas!
gritaba Andrés.
¡Vaya petardo!
rugía Gerardo,
¡qué malo es!

Y a la suplencia
-ya no hay paciencia-
mi entrenador
me ha relegado
y anda apenado
un servidor.

Y mi autoestima
ya es que da grima,
señor doctor.
Diga usted algo,
es muy amargo
ser perdedor.

¿Qué me receta?
¿Me pongo a dieta
de vegetal?
¿Qué medicina?
¿”Benzoazepina
o Nembutal?

¿Voy cada día
de romería
a La Malá?
¡Me hago horquillero,
o costalero!
No se hable más.

Oiga mi queja,
¿qué me aconseja?
Conteste ya.
No ve que imploro,
que sufro y lloro,
tenga piedad...

¿Qué está diciendo?
eso es tremendo,
¡vaya por Dios!
Que no es galeno,
¡rayos y truenos!
que no es doctor...

Que es Paco Prados,
de «Kongeladoz»
repartidor.
Metí la pata,
su blanca bata
me confundió.

¡Magra fortuna!
No doy ni una
bola con pie.
Yo me retiro.
Adiós le digo
al balompié.

No hay comentarios:

Publicar un comentario